La minería es riqueza. Sin embargo, su explotación está estructurada para que esa riqueza se vaya fuera del país. Es fuente de corrupción y beneficios para funcionarios y políticos locales, al tiempo que es generadora de desastres ecológicos, ambientales y una amenaza creciente para la vida de las comunidades. La explotación minera y los proyectos hidroeléctricos van unidos por el mismo modelo extractivo, depredador, consumista y contaminador y concentrador de bienes y recursos. Es una explotación basada en la lógica del consumo infinito sobre un mundo con recursos limitados. La riqueza mineral deja miseria y desastre ambiental en contraposición a la creciente vida de lujo y derroche de los propietarios de las compañías mineras.
La industria minera ha alcanzado tan alto nivel tecnológico que requiere cada vez de muy poca mano de obra y de menos tiempo para la explotación de una mina, dejando como secuelas un acelerado desastre ambiental y destruidas las formas comunitarias tradicionales de vida. Una comunidad tocada por la explotación minera nunca volverá a ser la misma, sus tejidos culturales quedan rotos, y la explotación minera conlleva, promueve e incentiva la división y la corrupción.



El Proyecto de Acompañamiento internacional en Honduras (PROAH) expresa su grave preocupación ante el asalto armado y secuestro de los sacerdotes César Augusto Espinoza Muñoz y Abel Carbajal, de la parroquia de Arizona, Atlántida y tres acompañantes internacionales de derechos humanos de PROAH (dos ciudadanos suizos y una ciudadana francesa).
El accidente del pasado día 2 en una mina artesanal en el sur de Honduras, en la que siguen atrapados ocho hombres, ha dejado al descubierto el riesgo que corren los obreros que buscan un oro cada vez más escaso sin ninguna protección. De los once mineros que quedaron atrapados el 2 de julio en el interior de la mina, solamente tres fueron rescatados con vida, mientras que de los ochos restantes aún no se sabe el sitio exacto donde quedaron. Los malos olores que comenzaron a sentirse en el sitio tres días después del accidente hicieron presumir a los miembros de los cuerpos de socorro que lo peor había pasado con los ocho mineros, aunque oficialmente no hay una declaración de que estén muertos.
Los pobladores bloquearon por varias horas el paso en puente Jupilingo, Camotán, Chiquimula. Uno de los pobladores dijo que los comunitarios no están de acuerdo con proyectos de hidroeléctrica y minería.
“La minería es inviable en El Salvador”, sentencian Salvador Sánchez Cerén, quien asumirá el 1 de junio la Presidencia de este país, y su equipo ambiental. Detrás de esta posición del nuevo gobierno hay muchas luchas de las comunidades rurales afectadas.
Un verdadero festín de concesiones mineras, metálicas y no metálicas, se habría en el país, con la confabulación de falsos inversionistas del ramo y funcionarios corruptos de la administración pública.
Después de una década de la actividad de la minera Entre Mares, en el valle de Siria, al norte de Francisco Morazán, iniciará el proceso para la explotación de dos minas más, informaron organizaciones ambientalistas del sector.Las organizaciones ambientalistas exigen al gobierno, además. la publicación de todas las recientes concesiones mineras otorgadas que serían más de doscientas.
COMUNICADO
En Honduras existen 64 zonas mineras metálicas diseminadas en Choluteca, Comayagua, El Paraíso, Francisco Morazán, Olancho, Santa Bárbara, Valle y Yoro. En Honduras, la explotación minera está diseminada en gran parte del territorio nacional. Hay subterránea y de cielo aierto.