El pasado 19 de julio, Diego Calmet escribió un artículo titulado Verdades sobre La Oroya. En la medida que es un tema en debate, me animo a opinar y a discrepar cordialmente con el autor, con la intención de aportar y por supuesto sin sentirme dueño de la verdad. Vamos por partes.
1. Llama la atención que cuando el señor Calmet identifica a los principales responsables de lo que pasa en La Oroya no mencione a Doe Run. Señala como responsables al Ministerio del Ambiente (Minam) y su normativa, a la estatal Centromin, etc., pero olvida mencionar a Doe Run. Debe quedar claro que la principal responsable de lo que pasa actualmente en La Oroya es Doe Run: no hay que olvidar que cuando la empresa norteamericana adquirió el complejo de La Oroya asumió la obligación de implementar un Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA) que incumplió de manera reiterada.
2. Pese al incumplimiento, Doe Run recibió el beneficio de dos prórrogas. El PAMA tenía un plazo de 10 años y Doe Run tuvo hasta 15 años para adecuarse a las exigencias ambientales, sin embargo no cumplió. Dicho sea de paso fue la única empresa que recibió el beneficio de prórrogas excepcionales y la única que no culminó su PAMA.