Consejo Tiyat Tlali
Mexico

Almaden Minerals: la vanguardia de las amenazas por los Proyectos de Muerte enla Sierra Norte de Puebla

Consejo Tiyat TlaliDe acuerdo a la investigación realizada por la Asociación Civil PODER, la empresa minera canadiense Almaden Minerals, detenta el 72% de las 169,321 Ha concesionadas a la minería en la Sierra Norte de Puebla, lo que equivale al 13 % del territorio serrano. La empresa presume el haber hecho investigación por más de una década en esta región, antes de haber solicitado sus concesiones. Es decir, le ha puesto el ojo a este territorio. Pero, ¿de qué territorio se trata? ParaAlmaden Minerals se trata de una zona rica en yacimientos de oro y plata, cercana a las urbes de Puebla y el D.F., y que tiene a su alcance la infraestructura que facilita la labor minera (carreteras, supercarreteras, ferrocarriles, infraestructura energética, etc.). Sin duda, esa es una forma seductora para buscar inversionistas que se asocien a sus ambiciosos proyectos, pero son argumentos que no convencen a los pueblos que serán afectados por los impactos de la minería.

Las concesiones que el Estado Mexicano le ha entregado a Almaden Minerals, corresponden a las partes altas de la Sierra, ahí donde se ven nacer los ríos más importantes. Por lo tanto, las afectaciones de la actividad minera que pretende desarrollar traerían efectos sobre toda la cuenca, lo que en la actualidad la coloca como la mayor amenaza de los proyectos de muerte en la Sierra Norte de Puebla. Sin embargo, la compañía canadiense busca ignorar estos daños, aludiendo a que realizará una minería de bajo impacto ambiental. La información ofrecida por la propia empresa evidencia la construcción de un discurso manipulado, ya que es imposible que una industria extractiva de esta magnitud sea amigable con el ambiente.

Del total de las concesiones que tiene Almaden Minerals, el “Proyecto Tuligtic”, ubicado sobre una superficie de 14 mil hectáreas en el municipio de Ixtacamaxtitlán, es el proceso más avanzado que existe al día de hoy, para concretar la explotación minera en el territorio serrano. En su último reporte técnico (NI 43-101) del 13 de mayo de 2014, Almaden Minerals admite que el método de explotación sería a cielo abierto, con una planta de procesamiento de oro y plata por flotación, de 30 mil toneladas por día durante 12 años. Este tipo de minería utiliza, libera y genera grandes cantidades de tóxicos al ambiente, además de que provoca impactos irreversibles a las comunidades, el agua y la naturaleza. Para hacer este tipo de minería se requiere eliminar la cobertura vegetal, remover por completo el terreno y detonar grandes cantidades de explosivos, generando con ello nubes de polvo tóxico, drenajes ácidos y liberación de metales pesados. El paisaje es alterado por completo, dejando un escenario devastador. No obstante, Almaden Minerals intenta ignorar estos daños y alude a la realización de una minería de bajo impacto ambiental. Es interesante mencionar que con habitantes de las comunidades cercanas al proyecto, la empresa no había querido reconocer que haría minería a cielo abierto. El Proyecto Tuligtitc resulta un buen ejemplo de una estrategia de comunicación distorsionada

En su página web (http://www.almadenminerals.com/Spanish/Ixtaca.html), la empresa canadiense informa que para definir el “Proyecto Tuligtic” han perforado más de 400 barrenos, lo que le he permitido encontrar 1.35 millones de onzas probadas de oro. Pero no han informado a las comunidades que los poblados de Tuligtic, Zacatepec, Xiuquenta y Santa María Zotoltepec, se ubican muy cerca de los yacimientos que han explorado: Ixtaca, Ixtaca East, Caleva, Azul Zone y Sol Zone. Es decir, tarde o temprano si Almaden Minerals inicia la explotación del primer tajo, los habitantes de dichas comunidades serían despojados y desalojados del lugar que los vio nacer.

Para el uso del agua, la canadiense es particularmente imprecisa. En marzo de 2013 admitió abiertamente en su reporte técnico, que para sus procesos mineros utilizaría agua del Río Apulco, de manantiales y pozos de la zona. Hoy, con un movimiento social consolidado que se opone a esta actividad en toda la Sierra, refieren en su reporte de mayo de 2014, que no utilizarán agua de los mantos acuíferos locales para la explotación del mineral, estimando que todo lo harán con la colecta del agua de lluvia que escurra en la zona de mina. Esto genera una interrogante sobre el tipo de obras que tendrán que hacer para saciar la voracidad de una industria que requiere enormes cantidades de agua, considerando las dinámicas de las microcuencas de ese lugar.

Para las comunidades, el recurso vital en disputa es el agua y no el mineral. Para los pobladores de la región la reproducción social depende del vital líquido, y su principal actividad económica, el campo, se vería impactada de manera irreversible. Aún así, la empresa promete que no será afectada el agua potable local proveniente de manantiales, pues asegura que estos se encuentran aguas arriba del lugar donde se ubica el proyecto de mina. Lo anterior es un desatino de proporciones importantes, que desestima las amenazas que esta mina representa para el agua. La mina es proyectada en la parte alta de la cuenca, a unos cuantos kilómetros del Río Apulco. Los escurrimientos de la zona donde se proyecta la mina van directo a este río. Y es importante puntualizar que significan estos escurrimientos. El uso de substancia químicas altamente tóxicas que se usan para la extracción de minerales como el oro y la plata, representan un fuerte riesgo de contaminación a los recursos acuíferos. Pero más grave aún, son los impactos que se dan por la generación de drenajes ácidos y escurrimiento de metales pesados, que se originan al poner en exposición el material pétreo que estaba en el subsuelo.

¿De qué tamaño es esta amenaza?

En la Subcuenca del Río Apulco viven más de 250 mil personas y todas ellas son afectadas potenciales. A su vez el Apulco pertenece a la Cuenca del Río Tecolutla, clasificada por la CONABIO como una Región Hidrológica Prioritaria, por su importancia para la conservación de la biodiversidad. Una mina de este tipo representaría la alteración grave en este importante sistema hidrológico.

Por último, Almaden Minerals menciona con orgullo que está construyendo relaciones de largo plazo con las comunidades cercanas, ufanándose de la creación de 70 empleos y de contar con un programa de “relaciones comunitarias que cumple con los estándares internacionales”. Lo cierto es que la minera se ha conducido hacia las comunidades locales, con las conductas que caracteriza a las empresas de este ramo, mediante el engaño y el abuso. La movilización del pasado domingo 22 de junio que aglutinó a más de 1,500 personas, dio cuenta del amplio rechazo a esta minera por parte del pueblo de Ixtacamaxtitlán y de los demás municipios que se verían afectados por la ambición de Almaden Minerals. Pero sobre todo, fue una muestra contundente de la resistencia que están dando con dignidad los pueblos de la Sierra Norte de Puebla. Enfática y concluyente, salió esta frase en el evento: “Tenemos ejemplos de resistencia en el pasado, si pudimos con los franceses, como carajos no vamos a poder con los canadienses”.

*Consejo Tiyat Tlali-**Asamblea Veracruzana de Iniciativas Ambientales

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