Internacional

Donde están las minas no hay desarrollo, sino pobreza y polvo.

Por Josefina Aponte Guerrero
De gira por media España, esta mujer menuda anda luchando, junto a otros miembros de su comunidad, para conservar sus tierras libres de actividad minera.

Josefina Aponte, dirigente campesina y miembro de la comunidad de Segunda y Cajas de la provincia de Huancabamba , en Perú, ha pasado por las universidades de Elche y Alicante para denunciar los atentados a los derechos humanos y al medioambiente de las explotaciones mineras en su tierra e intentar recabar el apoyo de la opinión pública española.
¿Tan malas son las minas?
Sí. Son explotaciones a cielo abierto que al estar en la cabecera de los ríos contaminan el agua y las tierras. No queremos empresas mineras allí. Es nuestra tierra.

¿Cuánto tiempo llevan luchando contra la minería?
En 2003 llegaron. Nadie nos preguntó, ni nos pidieron permiso. Ocuparon ilegalmente nuestras tierras. Desde entonces protestamos con acciones pacíficas, aunque se nos acusa de ser terroristas, maleantes y traficantes.

Ustedes denuncian atentados contra los derechos humanos…
Sí. En 2004 tuvimos la primera protesta en el campamento minero, y hubo un muerto y varios heridos. En 2005 hubo otra protesta. Fuimos a hablar con el encargado de la mina, pero la policía empezó a pegar a muchas personas. Nosotros sólo nos podíamos defender con un «chicote» (una especie de látigo). No teníamos armas y escapamos, pero cogieron a 32 de nosotros y los tuvieron retenidos 3 días. Luego contaron que les quitaron las camisas, les ataron y les taparon la boca. Les mojaron y les pusieron unos sacos encima hasta que no podían respirar y perdían el conocimiento. A tres chicas se las llevaron al baño y alguien les hizo fotos desnudas. Uno de los torturados fue uno de mis hermanos y por los golpes tiene un tumor en el cerebro. En la marcha, además, murió Melanio García. Luego en 2009 nos acusaron de atacar un campamento minero y como reacción la policía mató a dos ronderos. Ha habido muchos muertos y heridos, pero no dejaremos que nos quiten nuestra tierra.

¿Y todo eso quedó impune?
El Defensor del Pueblo nos dio la razón, pero alrededor de la mina hay muchos intereses. El gobierno, la policía, los fiscales, todos les apoyan. Además, intentan lavar su imagen haciendo colegios, dando trigo, una ONG de limpieza de caminos, pero no dicen que donde están las minas no hay desarrollo sino pobreza y polvo, contaminan el agua y la tierra y nos dejan sin poder cultivar.

Usted participa en una campaña contra las minas de Perú en España y en otros países europeos, ¿qué esperan lograr?

Pedimos a la gente que firme un manifiesto y que se informe en:

http://www.diarioinformacion.com/alicante/2010/12/01/minas-desarrollo-pobreza-polvo/1070749.html