La Comisión Interamericana de Derechos Humanos difundió un informe que cuestiona la megaminería, la explotación petrolera, el agronegocio y la construcción de represas. El informe sostiene que esas actividades condenan a los pueblos originarios.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el mayor organismo continental en la materia, afirmó que la megaminería, la explotación petrolera, el agronegocio y la construcción de represas violan los derechos humanos de los pueblos indígenas. Así lo determinó en un extenso informe donde detalla que los gobiernos de la región priorizan su alianza con las empresas extractivas por sobre las leyes que protegen a la población. La CIDH denunció que se condena a las comunidades indígenas a la pobreza, desalojos y muerte. En Argentina existe un piso de 183 conflictos por territorios indígenas.



Una de las peculiaridades del extractivismo contemporáneo es la integración de un selecto grupo de burguesías latinoamericanas al club de megaconsorcios mundiales. La estrategia principal de estos conglomerados transnacionales ha sido el despojo y apropiación de las tierras en las que se encuentran los recursos minerales y garantizar, al menos por varias décadas, que esa posesión no será modificada. En América Latina fueron tres los grupos empresariales que, al igual que los consorcios canadienses, obtuvieron concesiones para explorar más yacimientos.
Goldcorp Inc puso a la venta su mina de oro y plata Los Filos, en México, Marlin , en Guatemala, y La Alumbrera, en Argentina, y también contempla deshacerse de otras dos minas no básicas, dijo el director ejecutivo de la empresa, David Garofalo. Mina La Alumbrera, donde Goldcorp tiene un porcentaje junto a Glencore y Yamana Gold, está iniciando su proceso de cierre.
Las empresas mineras canadienses controlan más de un 70% de las operaciones mineras en América Latina, según datos del Consejo de Asuntos Hemisféricos (COHA, por sus siglas en inglés). Las violaciones de derechos humanos y los impactos sobre el medio ambiente que vienen generando desde hace décadas son seguramente de las principales y de las más intensas entre los megaproyectos.
Por tercera vez en América Latina, la red Iglesias y Minería, reunirá a religiosos, agentes de pastoral, movimientos sociales y líderes de comunidades afectadas por los grandes proyectos mineros en el continente. El encuentro será en Bogotá, Colombia, del 2 al 6 de setiembre.
Como resultado de la décima sesión de la comisión permanente de coordinación Bolivia – Ecuador, el Servicio Geológico Minero (SERGEOMIN) firmó el convenio de cooperación interinstitucional con su par de Ecuador, el Instituto de Investigación Geológico Minero Metalúrgico (INIGEMM).
Este 22 de julio nos convocamos en una nueva jornada de resistencia contra este modelo extractivo minero que pretende implantarse en nuestro territorios sin razón ni permiso.
En el dia de acción contra la mega minería, las mujeres Defensoras de los Derechos Sociales y Ambientales denunciamos que la explotación mega minera es la expresión de un modelo de desarrollo capitalista, criminal y patriarcal, que le ha declarado la guerra a la naturaleza y a la posibilidad de cuidar la vida humana, está de espaldas y en contraposición con todo lo que sirve para mantener materialmente la vida, que ignora que los seres humanos somos naturaleza, y que dependemos totalmente de ella, que vulnera derechos y genera violencia hacia las poblaciones y a las mujeres en particular.
El 22 de Julio es considerado el Día Internacional de Acción Contra la Minería a Cielo Abierto aunque en realidad es apenas uno de 365 días en los que las comunidades que se oponen a la megaminería llevan adelante sus acciones para garantizar la vida y los derechos humanos frente a una industria que extrae todo y no deja nada, que expulsa habitantes y producciones, genera desempleo, chupa el agua y la contamina del mismo modo que lo hace con el aire y la tierra.
El docente de la Universidad Nacional de Catamarca (UNCa), Horacio Machado Araoz, explicó los alcances de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional de Sudamérica (IIRSA). Básicamente consisten en inversiones en corredores para el transporte de mercancías, particularmente entre el Océano Atlántico y el Océano Pacífico y esos ejes coinciden con las áreas más importantes en términos de recursos no renovables (minerales, gas, petróleo) y de biodiversidad (plantas, animales, microorganismos).