Panamá

Violento desalojo de bloqueos deja un muerto y 32 heridos en Panamá

05 de Febrero 2012
Un indígena murió, 32 resultaron heridos y unos 40 fueron detenidos este domingo en Panamá cuando la policía desalojó a la fuerza los bloqueos que mantenían desde hace seis días en rutas estratégicas, en protesta contra la minería y proyectos hidroeléctricos en sus territorios.

Unidades antidisturbios disolvieron con gases lacrimógenos las protestas en distintos pueblos de las occidentales provincias de Chiriquí -fronteriza con Costa Rica- y Veraguas, para levantar las barricadas que bloqueaban carreteras importantes como la Interamericana, que comunica a Panamá con el resto de Centroamérica.

El ministro de Seguridad, José Raúl Mulino, precisó en conferencia de prensa que los enfrentamientos dejaron un indígena muerto, 32 nativos y siete policías heridos, así como «41 detenidos, dos de los cuales son menores de edad».
«Lamentablemente un indígena murió (…) el arma que causa la muerte no pertenece al reglamento de la policía», dijo Mulino. Y señaló que el Ministerio Público y medicatura forense realizan las investigaciones.

Desde zonas de conflicto, dirigentes indígenas dijeron que la policía los reprimió violentamente. Fabio Pinzón, uno de los manifestantes, afirmó que les tiraron «bombas (lacrimógenas) y perdigones».
«Nos han tirado los antimotines. Estábamos tan tranquilamente manifestándonos pacíficamente y nos han reprimido», dijo desde Chiriquí a radio RPC Omayra Silvera, dirigente de la coordinadora indígena que organiza las protestas.

Carlos de la Cruz, sacerdote de Tolé (Chiriquí), dijo a la prensa local que policías habían «disparado balas, perdigones y gases lacrimógenos». «Temprano llevé tres heridos (al hospital) y se han llevado varios detenidos. He visto los proyectiles», afirmó.
«No se pueden permitir en este país las violaciones a los derechos humanos», expresó desde Chiriquí Patria Portugal, ombudsman de Panamá.

Mulino negó tajantemente que la policía haya usado «armas letales» y acusó a los indígenas de quemar un cuartel de Policía en San Félix (punto más conflictivo de la protesta), de intentar atacar otro en David, capital de Chiriquí; y de saquear la sucursal de un banco.
«La policía ha despejado casi el 100% de la ruta. Lo importante es que el tráfico se ha ido normalizando y la Policía viene limpiando la carretera de escombros, troncos, láminas de acero y los camiones han empezado a circular», expresó Mulino.

Desde San Félix, Chiriquí, el sacerdote Adonais Cortés, miembro de una comisión que buscaba el diálogo, dijo que los dirigentes indígenas habían acordado despejar las vías para empezar a negociar, pero los manifestantes se negaron por no tener una propuesta concreta del gobierno.

El gobierno «tiene la mejor de las disposiciones para iniciar ya un proceso de diálogo que la comunidad está reclamando y espera que nos conduzca a llevar al país nuevamente por el sendero de calma y desarrollo que todos necesitamos», dijo el ministro de Gobierno, Jorge Fábrega, tras los serios enfrentamientos.
La intervención policial se dio luego de que el sábado delegados del gobierno del derechista Ricardo Martinelli no acudieran al diálogo con los indígenas promovido por la Iglesia Católica.

Los indígenas de la etnia Ngöbe Buglé -la mayor del país- iniciaron el lunes la protesta para exigir que un proyecto que debate el Congreso prohíba la construcción de hidroeléctricas y la explotación de minas en sus comarcas.

El gobierno acepta no desarrollar actividades mineras pero rechaza prohibir la construcción de hidroeléctricas, ya que asegura que ello supondría un sobrecosto de 200 millones de dólares para el Estado para suplir la demanda energética.

Los bloqueos dejaron varadas a cientos de personas, entre ellas turistas, principalmente de Costa Rica, y ya empezaban a provocar desabastecimiento de alimentos en la capital y otras zonas.