Mexico

Tienen minas ricas y pueblos pobres

La riqueza que se extrae del subsuelo de Zacatecas contrasta con la pobreza de los habitantes de los pueblos mineros.

De cada mil pesos en minerales como el oro, plata y bronce que se obtienen en Zacatecas, sólo 98 centavos se quedan en el estado, según estimaciones del Centro de Estudios para el Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).

En Zacatecas hay 70 proyectos mineros con inversión extranjera que superan los 2 mil 344 millones de dólares, de acuerdo con cifras oficiales.

Ahí se encuentra la mina productora más grande del mundo, Fresnillo PLC, que en 2008 generó ganancias por 2 mil millones de dólares, con una producción anual de 34 millones de onzas de plata, que esperan duplicar para 2018.

Otro ejemplo es la Mina Peñasquito, ubicada en la región semidesértica, donde existen los mayores índices de pobreza extrema en Zacatecas, que llegó en 2007 con una inversión inicial de mil 590 millones de dólares.

Actualmente, la empresa extrae por día 150 mil toneladas de oro a cielo abierto, que la colocan en el primer lugar de América Latina y segundo a nivel mundial.

Sin embargo, toda esta riqueza no se refleja en municipios como Mazapil, Concepción del Oro, Melchor Ocampo y El Salvador, cuyo presupuesto en conjunto no rebasa los 250 millones de pesos al año, y sus casi 45 mil habitantes dispersos en más de 300 comunidades carecen de los servicios más básicos.

“De la Mina El Peñasquito no hemos tenido nada, aunque ellos sacan millones de dólares a diario, ni siquiera dejan empleos para nuestra gente, la mayoría la contratan de fuera y los mantos acuíferos se están agotando”, expuso Luis Fernando Ruiz García, secretario de Desarrollo Económico de Mazapil.

“Le hemos querido plantear a la mina que nos apoye con un hospital tipo B para atender a la población, oportunidades para nuestros hijos y proyectos de bienestar social, pero no nos reciben, no podemos cerrar los ojos ni generarnos falsas expectativas, a la larga esto va a dejarnos pura contaminación”, añadió.

En un artículo sobre la minería en México, el investigador Darcy Tetreault, del Centro de Estudios para el Desarrollo de la UAZ, destacó que el estado ha atraído la inversión extranjera por la desregulación y la exención de impuestos que existe, pero esto ha generado contaminación y conflictos socioambientales.

“La minería a cielo abierto destruye completamente la tierra, dejando tras de sí cerros de escombros tóxicos, que privan a las comunidades de utilizarla para la agricultura; la contaminación es resultado casi inevitable de la aplicación de químicos altamente tóxicos durante el proceso de lixiviación, incluyendo el cianuro en el caso del oro”, externó el especialista.

El municipio de Concepción del Oro tiene en su territorio a las mineras Aranzazú Hollding, que invirtió 15 millones de dólares, y Tayahua, del magnate Carlos Slim, dueño también de la mina de Salaverna, en Mazapil.

“Estamos acostumbrados al saqueo, en Concha la pobreza es mucha, de oro nomás tenemos el nombre, porque todo se lo llevan; las mineras deberían dejar sus impuestos en el municipio para que retribuyan en justicia algo de la enorme riqueza con la que se quedan”, expresó José del Carmen Casillas, secretario de Desarrollo Municipal.

El boom minero en Concepción del Oro se vivió entre 1920 y 1930, cuando se explotaban al mismo tiempo siete minas; hoy las constantes detonaciones de dinamita para explotar los yacimientos mantienen en vilo a la población.

“Las casas se cuartean por las explosiones de las barrenaciones, y a los afectados nada más la mina de Aranzazú Holding les dio cuatro bultos de cemento y no han hecho convenios para ayudar con obras sociales”, se quejó el funcionario.

De acuerdo con la Secretaría de Economía, la producción minera de Zacatecas en 2011 generó ganancias de 68 billones de pesos, equivalentes a 43 por ciento del valor nacional en el sector.

Sólo heredan

contaminación

Durante 20 años, la Mina Real de Ángeles, del Grupo Frisco, propiedad de Carlos Slim, extrajo minerales a cielo abierto, pero al cerrar en 2003 el tiradero de jales quedó a la intemperie mucho tiempo.

“La mayoría de la gente del pueblo tenemos plomo en la sangre por encima de lo permitido, estamos todos contaminados y amolados”, afirmó Javier Saucedo, ex trabajador de la mina y actual funcionario del municipio de Noria de Ángeles.

“De febrero a abril, que es cuando hace más aire, todo el pueblo se llena de una nube de polvo, tanto que hasta se termina comiendo uno la tierrita de los jales en la sopa”, agregó.

Juan de Dios Magallanes, director de Minas del gobierno de Zacatecas, admitió la contaminación que dejó la mina de Carlos Slim en la región.

“Sí dejó pasivos ambientales importantes, pero eso se debió a que esa mina operó antes de que se emitiera la Ley Federal del Equilibrio Ecológico”, justificó,

Magallanes defendió el desarrollo minero de la entidad, que genera 13 mil empleos directos, pero descartó que las mineras provoquen un saqueo a la riqueza zacatecana.

“No es un saqueo lo que hacen, sino un desarrollo sustentable, nosotros no podemos poner condiciones a las empresas, sólo les pedimos que sean buenos vecinos con las comunidades en las que se asientan”, expresó.