Bolivia, Litio

Sobre un reportaje del litio

El autor comparte argumentos con relación a la potencialidad de las tecnologías EDL, pero discrepa con analistas en su perspectiva sobre el contrato con ACISA
Por Redacción Diario Pagina Siete
12/09/2021
En este artículo se realizan algunos apuntes sobre un reciente reportaje sobre el litio en Bolivia. La contribución, publicada en otro medio de prensa, se refiere, en principio, a los planes del gobierno para dar un viraje al proceso de desarrollo e industrialización del litio mediante la convocatoria internacional para la evaluación de las tecnologías de extracción directa del litio (EDL) en las salmueras bolivianas informando que de los 19 participantes en el concurso, 9 de ellos habrían calificado y ya estarían negociando con YLB la obtención de información técnica para iniciar ese trabajo. Asimismo, habla del anuncio del viceministro del área de que en 3 años se producirán cátodos de baterías en Bolivia.

Al respecto, llama la atención que al autor del reportaje no le haya interesado averiguar por qué hasta la fecha no se conocen los nombres de las empresas que presentaron sus propuestas y de aquellas que finalmente fueron seleccionadas.

La decisión de aplicar tecnologías EDL no sería más que el reconocimiento del fracaso del método de extracción basado en evaporación solar implementado desde 2008. Si bien no podría oponerme a ellas porque fui el primero en sugerirlas durante mi paso por YLB, la convocatoria no se encontraría enmarcada en la ley y podría ser declarada nula de pleno derecho por las autoridades jurisdiccionales competentes.

Debido a que la adecuación de las tecnologías EDL requerirá el desarrollo de procesos de química básica por las empresas extranjeras seleccionadas, vulnera la Ley 928 que establece que YLB desarrollará los procesos de extracción y refinación de sus recursos evaporíticos con una participación cien por ciento (100%) estatal para la producción y comercialización de todos los productos de la cadena evaporítica.

De otro lado, el anuncio del gobierno de que en tres años Bolivia producirá material catódico causa sorpresa por cuanto, dados los retrasos en la construcción de la planta industrial de carbonato de litio, aún no se conoce cuándo YLB podrá contar con un suministro aceptable del compuesto. Ni qué decir de la planta de tratamiento de agua, necesaria para la operación de aquella, que hasta la fecha ni siquiera fue licitada.

A continuación, el reportaje cita las opiniones de tres analistas. Respecto a los comentarios del primero, comparto sus argumentos con relación a la potencialidad de las tecnologías EDL, pero discrepo con él en su perspectiva sobre el contrato con ACISA.

En primer lugar, no estoy de acuerdo en que la interrupción del mencionado acuerdo se hubiera debido a diferentes visiones políticas y observaciones de analistas y COMCIPO que proyectaron una imagen negativa del proyecto, dando a entender que nada de eso se justificaba y que tales posiciones sólo condujeron al extravío del mismo.

Al parecer, al analista nunca le causó estado que la empresa mixta YLB-ACISA no pagara regalías a Potosí por la producción de hidróxido de litio arguyendo este compuesto es un producto industrializado; o que ACISA no se comprometiera a transferir su innovadora tecnología para la obtención de hidróxido de litio; o que YLB se obligara a entregar 1,8 millones de toneladas/año de tal material con concentraciones de entre 0,42 y 0,45% de litio a precio de costo durante 70 años a la empresa mixta y que en caso de que esto no se cumpliera, se viera forzada a compensar la cantidad faltante con su propia producción de carbonato de litio.

O que el control de la cadena productiva y de comercialización del litio por parte de YLB, establecida en la Ley 928 y en la CPE, se convirtiera más bien en una capacidad de veto para ACISA; o que el Estado boliviano pusiera al servicio (sin costo) de la empresa alemana, la infraestructura productiva construida con recursos del Banco Central de Bolivia; o que sellara un acuerdo de exclusividad de comercialización del compuesto a producirse solamente para el mercado alemán durante la vigencia del contrato, desconociendo el carácter estratégico del mismo y las desventajas de esta decisión.

En segundo lugar, cuestiono su aseveración de que el acuerdo con ACISA hubiera permitido la producción de baterías en Bolivia cuando en el DS 3738 sólo se hace referencia a una asignación de 5.200 toneladas/año de hidróxido de litio para la producción de cátodos en el marco de una nueva empresa mixta a crearse en el futuro. En este contexto, quisiera saber qué encontró el analista para sostener que tal acuerdo era favorable para el país.

Por último, coincido con él en la necesidad de formar personal calificado, desarrollar la industria de la química básica, garantizar la transferencia tecnológica en asociaciones con empresas extranjeras, identificar mercados, determinar las verdaderas contribuciones del país, realizar un análisis de costos y beneficios y seleccionar aliados estratégicos.

Sin embargo, por una parte, sus puntualizaciones sobre transferencia tecnológica e identificación de mercados entran en contradicción con su apoyo a la empresa mixta y, por otra, su crítica al interés del gobierno en las sales de potasio sin considerar que la salmuera de Uyuni contiene más de “30 elementos aprovechables” constituye en realidad una argumentación original mía.

Con relación al comentario del segundo analista en sentido de que, para no repetir los errores del pasado y evitar que el proyecto sea víctima de una disputa política, se debería consultar a los potosinos, sólo diré que los políticos nunca aprenden. Como se ha conocido, el pasado sábado el ministro del área realizó sendas visitas al municipio de Colcha K y a la ciudad de Uyuni, bastiones del MAS en Potosí, para “socializar” el proyecto de litio y anunciar que en los siguientes días el gobierno hará conocer algo muy importante. Dicho anuncio estaría vinculado a la convocatoria internacional y/o el nuevo acuerdo con los alemanes.

En este contexto, es lamentable que, hasta el día de hoy, dicho personero de gobierno no se haya atrevido a llegar a la ciudad de Potosí para brindar una explicación tanto sobre la convocatoria y el inicio de nuevas negociaciones con ACISA con el propósito de “revivir” el DS 3738 de creación de la empresa mixta. En 2019 Potosí paró durante casi 40 días exigiendo la abrogación de dicho instrumento legal.

Finalmente, el tercer analista, concentra sus comentarios en la necesidad de contar con voluntad política para hacer pie en el mercado mundial del litio con actores con conocimiento y capacidad para comercializar nuestros productos, evitando cálculos políticos. Sugiere una estrategia gradual que resuelva primero el problema de la producción de los compuestos de litio grado batería de manera eficaz y eficiente, para luego avanzar hacia la fabricación de baterías en el país y, por último, propender hacia la industrialización a nivel regional, mediante una integración económica e industrial con otros países de la región que no cuentan con litio.

Sin embargo, las dos primeras partes de su estrategia se pueden encontrar en mi entrevista con RTP en enero de 2020 y, la tercera, en un análisis sobre el litio publicado hace más de dos años en Página Siete, donde propongo la creación de un hub o complejo industrial para la industrialización del elemento en Sudámerica.
Juan Carlos Zuleta Calderón / Analista de la economía del litio
https://www.paginasiete.bo/ideas/2021/9/12/sobre-un-reportaje-del-litio-307946.html