Colombia

Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria del Carbón

21 de enero de 2011
Respuesta al comunicado de la gerencia sobre atentado a la vía férrea

Nuestro rechazo al atentado perpetrado a la vía férrea el día 18 de enero, es bien serio y responsable, máxime si dicho incidente puso en peligro la vida de compañeros nuestros de trabajo, afiliados al sindicato, que tripulaban la locomotora involucrada. En el comunicado oficial del sindicato que la gerencia hoy critica, nos limitamos a expresar nuestra preocupación por el hecho de que un atentado ocurra contra una vía férrea altísimamente custodiada por autoridades armadas del Estado y por una empresa de seguridad privada, utilizando tecnología de avanzada.

Debería Carbones del Cerrejón Limited compartir la misma preocupación. Quienes perpetraron dicho atentado, sin duda, quisieron por lo menos perturbar el normal proceso de la negociación colectiva que actualmente transcurre. Y por la situación de inseguridad por la que actualmente atraviesa este país, no es difícil suponer que el siguiente paso podría ser -Dios quiera que no-, un atentado directo contra la integridad física de un trabajador de base, de un dirigente sindical y/o de un miembro de nuestro equipo negociador. Recordemos, que estamos en una nación en que una inmensa mayoría privilegiada no es tolerante con la actividad sindical. Ligar un atentado criminal con una legal negociación colectiva, podría ser una excelente excusa para iniciar el exterminio de uno de los pocos sindicatos que sobreviven en Colombia. No es difícil vender a la opinión pública la percepción equivocada de que los sindicatos recurrimos a tales prácticas, para generar presión indebida. En el país de los “falsos positivos”, creerlo no sería exagerado.

Nuestro formal comunicado no hace insinuación alguna y se basa en criterios objetivos. De hecho, no podrá negar Cerrejón que apenas horas antes del atentado la empresa emite un comunicado con el sugestivo título de la “Locomotora de la Guajira Amenazada”, una referencia metafórica (¿premonitoria?) que luego se materializó. No estamos haciendo responsable a nadie de la diabólica coincidencia, pero fue real. Que lo mencionemos, no es una acusación específica contra Cerrejón porque debería saber la compañía que si tuviésemos suficientes elementos de juicio no nos temblaría la voz para hacer la denuncia respectiva a nivel nacional e internacional.

Ahora, es de nuestro interés que las autoridades legítimamente constituidas se hagan cargo del asunto y ojalá den pronta ubicación de los responsables, antes de que algún desadaptado concluya que quienes hoy estamos votando la huelga tenemos algo que ver con el hecho mismo y tome represalias contra integrantes de este sindicato. Esos desadaptados, a los que hacemos referencia, no siempre requieren orientación para proceder. Lo que queremos decir específicamente, es que no necesariamente se necesita que la multinacional haga señalamientos ni de instrucciones directas en contra nuestra para que nos ponga en peligro tanto a directivos de la organización sindical como a trabajadores de base. Lo que sí es cierto, es que la arremetida mediática que en los últimos días ha emprendido la compañía en contra de sus trabajadores y su sindicato, constituye un aditivo para las cuadrillas extremistas.

A lo anterior se suma que altos ejecutivos de la compañía, en declaraciones a distintos medios de prensa, ante interrogantes sobre si el atentado criminal al tren carbonero tendría algo que ver con el proceso de negociación, no respondieron exonerándonos de responsabilidad. Ello, por si mismo, es peligroso.

Sin justificación, habla la compañía de indignación por nuestro pronunciamiento. Y parece que cargados de ese sentimiento expiden sus comunicados. Sólo así se explica que de manera irresponsable salgan a denunciar ante la opinión pública que cada trabajador de Cerrejón recibe ingresos millonarios mensualmente y que nos ubicamos en la franja de los más privilegiados asalariados de Colombia, asunto que no es cierto, ya que el tendencioso cálculo que hace la compañía incluye como ingreso nuestro sus obligaciones legales como pagos a seguridad social y parafiscales, entre otros, que no pasan por el bolsillo del obrero. Bien saben los funcionarios de la multinacional que una cosa es los que nos pagan y otra cosa lo que le costamos. Eso no es serio, porque adicionalmente lo compara con el salario mínimo, en una relación de 10 a 1, cuando se sabe que la relación promedio es de más o menos 5 a 1. Nos imaginamos que no les gustaría que, pagándoles con la misma moneda, publicáramos que cada MPT (personal de manejo y confianza, no beneficiarios de la Convención Colectiva), utilizando la misma metodología utilizada por la compañía, gana en promedio $23,6 millones de pesos y que ellos sí militan en esa pequeña porción de privilegiados de esta nación.

Siguiendo con ejemplos de respuestas cargadas de rabia y odio, e irresponsables, está la insertada en el comunicado emitido por la transnacional No. 9, fechado el día 21 de enero, en la que se nos acusa de pretender hacer la huelga sólo por cumplir compromisos con partidos políticos. Eso no sólo no es cierto, si no que es peligroso pues coloca a quienes hoy tenemos la tarea de dirigir esta organización sindical y de negociar el pliego de peticiones, en la mira de los propios trabajadores y de la comunidad de general. Unos pocos de esa comunidad, eventuales afectados de un conflicto huelguístico, les saldría más barato sacarnos del camino, a cualquier precio y como sea, que afrontar lo que perdería en una huelga.

Que sepa la administración de Cerrejón, que a pesar de la arremetida mediática y de la presión indebida que está ejerciendo no logrará modificar un ápice nuestra convicción de llevar a los trabajadores un excelente acuerdo convencional. Es la única razón que nos mueve, así la compañía intente hacer creer a la opinión pública otra cosa. Debería la multinacional Carbones del Cerrejón, concentrarse en lo mismo y no gastar energías en establecer mesas de negociación paralelas, o trasladar la negociación a los medios de comunicación, porque nada de eso se compadece con la enorme responsabilidad que tenemos, el patrón y nosotros, de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores del complejo carbonífero –directos y tercerizados-, los pensionados y la comunidad afectada por la minería.

Es hora de que la compañía retome el camino del cual en esta oportunidad se ha desviado. Desvío que obedece, en nuestro criterio, a directrices de los gremios económicos patronales y al nuevo estilo gerencial en Cerrejón. Ese viejo camino, recordemos, permitió la paz laboral durante muchos años en esta empresa. De la reflexión de estos días por parte de la compañía depende que no haya huelga en el Cerrejón. Nuestro compromiso es negociar, pero lideraremos la huelga sin miedo, si la postura asumida por la compañía no cambia. Quienes vienen llegando a esta empresa que revisen la historia, para que no la repitan.

Aprovechamos la oportunidad para sentar nuestro rechazo, con respecto a la repetición de audios tomados de entrevistas a voceros del sindicato, los cuales han sido editadas y manipuladas para luego ser emitidas por los medios radiales y telemáticos de la compañía.

El presente material se edita en Rebanadas por gentileza de Orlando de Jesús Cuello, Fiscal, Junta Directiva Nacional del SINTRACARBON, Comisión Negociadora.