Mexico

Real de Catorce, entre la miseria y la desconfianza a las mineras

Periódico La Jornada, 2 de marzo de 2011
Real de Catorce, SLP, 1° de marzo. La Luz, pequeño poblado de 40 familias ubicado a las afueras de Real de Catorce, se jacta de haber sido escenario de la película Las bandidas, protagonizada por Salma Hayek y Penélope Cruz, en 2007. Hoy, en La Luz sólo quedan fierros oxidados, suelo terregoso, ruinas de fincas y silencio, roto por el cencerro de una chiva o por los gritos de ancianas que pelean por vender un elote o un chicle a los turistas.

En La Luz, la única iluminación que se avizora es la promesa de la empresa canadiense First Majestic Silver de reactivar la mina de Santa Ana, que cerró hace casi 20 años. Y aunque las ofertas no son las mismas que recibieron Brad Pitt y Julia Roberts por filmar la película La Mexicana, en Real de Catorce, los 750 empleos con salarios de entre 2 mil y 3 mil pesos a la semana pueden ser la diferencia para los habitantes.

Ramiro Moreno, contratista responsable de integrar un ejército de cientos de mineros para el proyecto Real de Catorce de la empresa canadiense, asegura que han pedido, además de los casi 12 mil pesos mensuales, apoyos sustentables, es decir, escuelas y otros beneficios de seguridad social.

Habitante del ejido Potrero, a menos de 10 minutos de La Luz, El Ramirín, como conocen a Moreno, asegura que la explotación de plata que emprenderá First Majestic hacia finales de 2011 no afectará los cerros Grande y del Quemado, puntos sagrados de Wirikuta, el territorio semidesértico de 140 mil hectáreas al suroeste de Real de Catorce donde según el pueblo huichol se originó la vida y al que cada año cada año los huicholes acuden para hablar con sus dioses.

Moreno agrega que la empresa canadiense abrirá un museo con artefactos usados por anteriores empresas, encontrados en la mina Santa Ana, y que se excavará un túnel desde la presa de jales (un montón de residuos químicos ubicado en Potrero) hasta poco antes del cerro del Quemado.

Sólo en la presa de jales, según el minero, pueden obtenerse por lo menos dos kilos de plata por tonelada de residuos, principalmente cianuro. Ahí jugábamos futbol de niños, entre el veneno, agrega.

Pero el cianuro es lo de menos para un hombre que ha visto cómo la falta de trabajo y la migración han convertido a Potrero en un pueblo casi fantasma. De mil 200 familias que había hasta hace casi 20 años –cuando funcionaba la mina–, no quedan más de 200.

En La Luz sucede lo mismo. Vidal Puente, juez de ese municipio, dice que desde diciembre pasado unas 150 personas han entregado solicitudes para trabajar en la minera. Él mismo se inscribió. Dos de sus hermanos ya se dedican a quitar maleza y erigir bardas alrededor de la mina. Por ese trabajo reciben 900 pesos a la semana. Mucho más de lo que gana su padre, Víctor Puente, quien trabajó 13 años en Santa Ana.

–¿No le dan miedo los problemas de salud que pueda contraer en la mina?

–Pos sí, pero acá mucha gente anda sin empleo –responde.

Ganancias y depredación

First Majestic Silver opera tres minas en México: La Parrilla, en Durango; San Martín, en Jalisco, y La Encantada, en Coahuila. En 2011 espera iniciar trabajos en la mina Del Toro, en Zacatecas, y en el proyecto Real de Catorce, en San Luis Potosí.

El 11 de enero pasado la compañía canadiense informó que en 2010 su producción de plata alcanzó 6.5 millones de onzas, 72 por ciento más que en 2009. Desde diciembre pasado, First Majestic cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York.

El pueblo wixárika rechaza a la minera canadiense en la sierra de Catorce, donde se ubica Wirikuta, el lugar al que, desde cinco puntos de Jalisco, Nayarit y Durango, confluyen comunidades huicholas para realizar la caza del venado (jícuri o peyote) y ceremonias en los cerros Grande y del Quemado.

En diciembre de 2010, investigadores de la Universidad de Guadalajara (UdeG) estudiaron 70 muestras llíquidas, sólidas, de tejido vegetal, suelo, cabello, agua y piel de diferentes seres vivos de Wirikuta, declarada área natural protegida en 2000. Los resultados entregados a la Asociación Jalisciense de Apoyo a Grupos Indígenas (Jagi) revelan altas concentraciones de plomo y arsénico, incluso en el peyote. De tres peyotes recolectados por miembros de Jagi cerca de la comunidad de San José, en dos se encontraron plomo, arsénico y bario, y en el otro sólo plomo, de acuerdo con el análisis del Laboratorio de Salud Ambiental de la UdeG.

Petra Puente, ex alcaldesa panista de Real de Catorce, relata: Hay bastantes problemas de salud en la zona; hay casos de insuficiencia renal porque la gente toma agua contaminada. En la comunidad de San José las personas tienen problemas de salud porque el líquido contiene plomo y otros metales.

Originaria del poblado La Luz, Petra Puentes asegura que atestiguó cómo el agua de la antigua mina Santa Ana acabó con todos los árboles que estaban fuera del socavón.

“Sólo sobrevivió un pirul. Cuando fui presidenta vino la empresa minera Real Bonanza, de José García, y pidió permiso para hacer un camino en la ruta turística de la Asociación de Caballerangos. Dijeron: ‘Maguey que quitemos, lo reponemos’. Ni siquiera pusieron un nopal en la ruta que abrieron, la cual finalmente fue cerrada por quejas de los turistas”, detalla.

Ernesto Vega, sacerdote de Real de Catorce, sostiene que a la larga la minería dejará más daños que beneficios.

Hay una canción de Gabino Palomares que dice que las mineras se llevan la riqueza y dejan la pobreza. Creo que esto se volverá a repetir, concluye.