Ecuador

¿Qué escenario económico plantea la nueva Ley Minera?

El debate sobre el futuro de la minería en Ecuador es prioritario para saber como país, si el sector se convertiría en un eslabón de la economía nacional para generar ingresos e invertirlos en proyectos de desarrollo social y económico (que siguen haciendo falta), o reforzaría el histórico patrón económico primario exportador.

Las minas, al igual que el petróleo, son recursos naturales que se agotan con el tiempo, no se renuevan y llegan al abandono el momento en que las reservas han disminuido (o se terminan) considerablemente, porque cuesta más operar un yacimiento, que lo que se puede sacar del mismo, por el bajo volumen de reservas que posee.

 

En Ecuador, el sector minero ha sido “La Cenicienta” dentro de los recursos naturales que no pudo conquistar a ningún gobierno. Los administradores no tuvieron la voluntad política para iniciar un proceso de exploración que permita cuantificar las reservas de los materiales metálicos y no metálicos que tiene el país. Muchos se aprovecharon para dar concesiones a empresas internacionales que vinieron sin la suficiente tecnología, capitales, conocimiento ni capacitación para tener mano de obra calificada.

Gobiernos anteriores a este ofrecieron un marco legal en el que el beneficio era solo para las transnacionales. Por cada hectárea de concesión, apenas pagaban un dólar y estaban exentas del pago de regalías.

Hoy, la realidad es otra, se cuenta con una ley que acaba de reformarse y fija reglas de juego claras, tanto para el inversionista como para el Estado, que es el dueño de los recursos naturales. Sin embargo, el escenario internacional genera pocas expectativas por el momento en materia de inversiones, dados los bajos precios de los metales en el mercado extranjero. En pocos meses, solo en oro, el precio se redujo en 500 dólares la onza.

Ecuador forma parte del grupo de países sudamericanos que posee una de las mayores reservas minerales del planeta. América Latina tiene un 65% de las reservas mundiales de litio, 42% de plata, 38% de cobre, 33% de estaño, 21% de hierro, 18% de bauxita y 14% de níquel. Los recursos están ahí, solo hay que aprovecharlos responsablemente para garantizar una estrategia de desarrollo sostenible.