Argentina

«Nos están imponiendo el monocultivo de las mentes»

21 de Marzo de 2012
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz y Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Río Cuarto, dijo en las «Jornadas sobre Modelo Extractivista, fondos mineros y Universidad» que la política de megaminería que «nos están imponiendo» es «el monocultivo de las mentes» y convocó a «fortalecer el derecho de los pueblos», muchos de los cuales en Argentina «están siendo destruidos, marginados y silenciados». Del panel también participó el periodista y escritor Vicente Zito Lema.

20/03/2012. El prestigioso visitante integró, junto al reconocido periodista y escritor Vicente Zito Lema y al dirigente social César Jair Cecenarro, el panel que puso cierre a las Jornadas sobre «Modelo extractivista, fondos mineros y Universidad» que se llevaron a cabo con la organización del Observatorio de Conflictos Socioambientales, que depende de la Secretaría de Planeamiento y Relaciones Institucionales y la Secretaría de Extensión y Desarrollo de la UNRC.

La calidad del panel congregó a un numeroso público en las instalaciones del Viejo Mercado, donde también se dieron cita las máximas autoridades universitarias, encabezadas por el rector Marcelo Ruiz y el vicerrector Javier Salminis, así como también dirigentes sociales, jóvenes y profesionales.

En su exposición, Pérez Esquivel remarcó que en Argentina y en América Latina «hay fuerzas sociales que están reclamando por sus derechos y no es solamente un problema económico, sino que es mucho más profundo. Tiene que ver con el mundo que le vamos a dejar a nuestros hijos».

El Premio Nobel de la Paz también llamó a «recuperar el equilibrio del ser humano con la madre naturaleza, porque lo que está pasando con las mineras es un problema de todos».

Señaló Pérez Esquivel: «Toda esta vorágine de la megaminería, de la industria, de las tecnologías, la ciencia y la técnica, pensábamos que iba a estar al servicio de los pueblos, pero terminamos siendo dominados por ellas. ¿Qué pasó con el ser humano?» Se preguntó el Premio Nobel de la Paz, y respondió: «Se han alterado los ritmos. Los ritmos que nosotros vivimos no son los ritmos de la naturaleza, y esta aceleración del tiempo ha llevado a una aceleración del pensamiento. Vivimos acelerados. Esto es lo que tenemos que pensar porque si no terminamos siendo esclavos de la tecnología».

También cuestionó: «¿Por qué las empresas mineras tratan de utilizar la más alta tecnología para destrozar todo? Lo hacen para ganar más dinero y en el menor tiempo posible, y a esto le llaman desarrollo».

El destacado visitante recordó: «En Chiapas, donde trabajamos con los pueblos originarios, los mayas me dieron una lección. Me dijeron: en nuestro idioma no existe la palabra desarrollo, sino que existe la palabra equilibrio, con nosotros mismos, con la madre naturaleza, con el cosmos, con Dios». Agregó seguidamente: «En este mundo estamos totalmente desequilibrados. Un antiguo proverbio indio dice: Si no sabes a dónde vas, regresa para saber de dónde vienes».

«La megaminería, los monocultivos, los agrotóxicos –indicó- son el resultado de un concepto de desarrollo vinculado con la explotación, no como equilibrio». «Tenemos que comenzar a pensar distinto, porque si nosotros no tenemos la capacidad de cambiar el pensamiento no podremos cambiar la realidad».

Pérez Esquivel consideró que «toda esta política que nos están imponiendo es el monocultivo de las mentes. La madre naturaleza nunca generó monocultivos; siempre generó una gran biodiversidad, que es la riqueza de la humanidad».

Siguió diciendo: «Cuando hablamos de derechos humanos, tenemos que hablar del derecho de los pueblos y no acotar los derechos humanos a una época determinada como muchas veces hacemos aquí, pensando solamente en lo que pasó entre el ’76 y el ’83».

«Quien viola los derechos humanos es el Estado –afirmó el renombrado disertante-. Cuando se violan los derechos de Andalgalá o de Famatina, se violan los derechos humanos, y eso es responsabilidad del Estado tanto nacional cuanto de las provincias». «Las empresas mineras –expresó más adelante- vienen porque se les abren las puertas, se las invitan a venir. Tenemos una ley de minería que es nefasta, que la impulsó (Carlos) Menem en su momento, pero que fue votada por el Congreso».

«Nosotros –añadió- no somos un país soberano; somos un país dependiente, colonizado, sometido. Hoy no tenemos capacidad de decisión en nada, porque se ha vendido el territorio. Estamos hoy peleando por Malvinas, y hay que recuperarlas, pero las Malvinas son argentinas y la Argentina también». «Luciano Benetton –advirtió- en la Argentina tiene más de 1 millón de hectáreas. Es uno de los tres mayores productores mundiales de lana y de carne de cordero, y ahora comienza también con la explotación minera».

No es un problema económico

En otro párrafo de su exposición, Pérez Esquivel dijo que en Argentina y en América Latina «hay fuerzas sociales que están reclamando por sus derechos y no es solamente un problema económico, sino que es mucho más profundo. Tiene que ver con el mundo que le vamos a dejar a nuestros hijos».

«Me gustaría preguntarle a nuestra Presidenta y a los gobernadores ¿qué piensan de todo esto? ¿Es por las ganancias, por la especulación financiera, es el mercado o es la vida? Termina la vida y comienza la supervivencia. ¿Nos resignamos a eso o luchamos por la vida de nuestros pueblos? Este es el desafío que tenemos», enfatizó.

Luego, agregó: «Podemos hacer muchos análisis sobre la minería, los daños, la contaminación, pero tenemos que ir mucho más profundo: recuperar el equilibrio del ser humano con la madre naturaleza. Lo que está pasando con las mineras es un problema de todos».

«También –siguió diciendo- lo que está pasando en Argentina con la tierra es gravísimo. Según la FAO, en el mundo mueren de hambre 35 mil niños por día, cuando el mundo podría paliar ese flagelo. Pero no lo quieren hacer; son decisiones políticas. Aquí en Argentina también son decisiones políticas, y el gobierno nacional y los gobiernos provinciales esto lo avalan, lo firman y lo reafirman».

«La resistencia social, cultural, política y espiritual es lo que tienen que tener los pueblos para cambiar esto. Nos espera una larga lucha continental».

En el tramo final de su disertación, señaló: «No puede haber política sin ética, porque entonces sería politiquería. Tiene que haber coherencia entre lo que se dice y lo que se hace». «Es necesario fortalecer el derecho de nuestros pueblos. Acá en Argentina hay muchos pueblos que están siendo destruidos, marginados, silenciados».

Finalmente, dijo: «La Universidad tiene la posibilidad de abrir puertas, de abrir ventanas y sacudirnos. No puede ser más de lo mismo, porque es el pensamiento crítico que se ofrece a la comunidad».

DEPARTAMENTO DE PRENSA Y DIFUSION