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Chile

Proyecto Cerro Blanco: La apuesta por el titanio chileno

CERRO BLANCO mch383La iniciativa de White Mountain Titanium Corporation busca colocar a Chile en un lugar de privilegio en el mercado mundial de dióxido de titanio, para lo que ya presentó su Estudio de Impacto Ambiental.

Colocar a Chile en unaposicióndestacada en elmercadodeltitaniomundial. Ese es elpropósitodelproyectoCerroBlanco, ubicado en la comunadeFreirina, Regiónde Atacama. Esta iniciativabuscaexplotar y procesar mineral derutilo (nombre con elqueseconocealdióxidodetitanio) en el sector deCerroBlanco, en unterritorioqueperteneció a Phelps Dodge hasta 2004 y quefueadquiridopor la norteamericana White Mountain Titanium Corporation, que mantiene una sucursal en Chile, la Sociedad Contractual Minera White Mountain Titanium.

Cerro Blanco tiene 164 millones de toneladas de recursos estimados. Así, la mina está concebida para producir 4.000.000 de toneladas al año del mineral, con un promedio anual de 73.000 ton de concentrado de rutilo de 95% de pureza, por un periodo de al menos 20 años. Ya se presentó el Estudio de Impacto Ambiental en febrero pasado, por lo que ahora el proyecto está en estudio de factibilidad, que debería concluir en el presente año. Meses después debería iniciarse la construcción, tras obtenerse los permisos sectoriales, proceso que tomaría entre 18 a 20 meses, para empezar a producir durante 2016, llegando a plena capacidad en el transcurso de un año.

Para materializar esta iniciativa los accionistas de Cerro Blanco están en estos días buscando y barajando distintas alternativas de financiamiento. Como explica Francisco Rojas, project manager de White Mountain Titanium Corporation: “Hay varias opciones que están siendo consideradas. Podemos financiar el costo de capital a través de una combinación de deuda y private equity o se podría llevar a cabo un joint venture con otras empresas del sector titanio”.

Que un socio minero de gran tamaño se sume al proyecto Cerro Blanco no debería presentar una gran complejidad, ya que la planta concebida no es muy distinta a una que procesa concentrado de cobre. Este desarrollo considera tres chancadoras, molinos, una planta de flotación, como el de una mina de concentrado de cobre, a lo que se suma una infraestructura especial para purificar el concentrado de titanio: al final de la línea de flotación se instalaría un concentrador magnético para sacar impurezas que trae el concentrado de rutilo.

El atractivo del rutilo
El proyecto Cerro Blanco está demostrando que en Chile hay recursos importantes de dióxido de titanio, y que son metalúrgicamente procesables. Otro punto es que sus inversionistas están conscientes de su atractivo comercial, puesto que para los primeros cuatro años de operación ya tienen comprometido un 30% de la producción de la mina. Como destaca el project manager de White Mountain: “El potencial en titanio que tiene Chile, desde nuestro punto de vista, ha crecido mucho, y eso está asociado a la curva de aprendizaje desarrollada por nuestra compañía en el reconocimiento de este tipo de depósitos y su procesamiento. Respecto de eso, ya hemos identificado otras áreas en el país que tienen titanio, y de buena ley. Cerro Blanco no es único, hay más Cerros Blancos en Chile”.

La compañía está enfocada en la exploración de las regiones de Atacama y Coquimbo, principalmente dadas las características geológicas que presenta esta zona. Rojas está convencido del alto potencial geológico del país en este negocio, ya que, a su juicio, Chile hoy día tiene la oportunidad de abrir un mercado y ser líder en él rápidamente. Esto, por cómo se presenta el dióxido de titanio en el territorio nacional: “El rutilo, en el estado que se encuentra en Chile, es como cristal en roca, esto es, no ha pasado periodos de degradación para llegar a ser depositado en playas o arenas titaníferas, como es usual en los depósitos en otros lugares del mundo. Al no estar erosionado, se puede considerar como los recursos de rutilo más puros del mundo. Esa es la ventaja competitiva con el resto del mercado”.

A partir del rutilo se puede producir pigmento de dióxido de titanio, por lo que los potenciales compradores del concentrado son empresas de las industrias de la pintura, pigmentos, soldaduras y del metal, que ya están mirando con buenos ojos el dióxido de titanio chileno.

Otras oportunidades de negocio
Aunque el proyecto Cerro Blanco tiene como fin principal la comercialización de concentrado de rutilo, si esta iniciativa resulta exitosa, podría dar paso a otros negocios para la compañía. De hecho, el depósito de relaves presenta una oportunidad con un producto secundario que podría también venderse en el extranjero. Como explica Rojas, “son estudios que todavía están en una etapa de perfil y que tienen que ver con el aprovechamiento del relave de alta densidad. El relave es un feldespato sódico (albita) y que se ocupa como materia prima normalmente en la industria de los cerámicos y en la industria de los vidrios. Nosotros podríamos eventualmente vender nuestro relave, pero hoy no está dentro del caso de negocios actual”.

Otra opción a futuro para el proyecto Cerro Blanco es producir titanio metálico, gracias a un sistema que permite pasar directamente desde el concentrado de rutilo a titanio metálico, sin pasar por el proceso que convierte al concentrado de rutilo en pigmento. Este método está patentado con el nombre “Chinuka” (abreviación de “Chile and UK”), y fue desarrollado entre White Mountain y la Universidad de Cambridge. El gran inconveniente para implementarlo en territorio nacional es el alto precio de la energía: “Este desarrollo está en su etapa inicial a escala de laboratorio. Chile podría tomar ventaja de esto y convertirse en un importante proveedor de la industria mundial de titanio metálico, particularmente para la aviación. Desgraciadamente las condiciones energéticas actuales están muy lejos de representar una ventaja para inversiones de esa envergadura, por lo que perdemos competitividad para hacer nuevos desarrollos o innovaciones”, explica el ejecutivo.