Argentina

Paro y toma del yacimiento Cerro Negro por 80 despidos

Los 500 trabajadores del yacimiento Cerro Negro, que es operado por la minera Goldcorp, ubicado a 70 kilómetros al sudeste de Perito Moreno lanzaron, el último miércoles, un paro por tiempo indeterminado en reclamo por 80 despidos y denuncian que la compañía pretende llevar adelante un plan de despidos masivos que afectaría a cientos de trabajadores mineros y sus familias. El yacimiento se encuentra al sur de la localidad de Perito Moreno, al oeste de Santa Cruz.

Según precisó el sindicato, mediante un comunicado de prensa, «la medida es de paro por tiempo indeterminado, en respuesta a la decisión unilateral de la compañía de llevar adelante un plan de despidos masivos, y hasta tanto se deje sin efecto la medida que afecta a cientos de trabajadores mineros y a sus familias».

 

Ayer, el gremio de los trabajadores mineros AOMA Santa Cruz (Asociación Obrera Minera Argentina) «decidió iniciar un paro por tiempo indeterminado en el yacimiento Cerro Negro, que es operado por la minera canadiense Goldcorp y que se encuentra en plena construcción por la UTE «Mas Errázuriz – Constructora Sudamericana».

 

Según precisó el sindicato, mediante un comunicado de prensa, «la medida es de paro por tiempo indeterminado, en respuesta a la decisión unilateral de la compañía, de llevar adelante un plan de despidos masivos, y hasta tanto se deje sin efecto la medida que afecta a cientos de trabajadores mineros y a sus familias».

Informaron además «que desde el inicio de la medida de fuerza, AOMA ha tomado el control del yacimiento y se ha procedido al desalojo de todo el personal jerárquico de la compañía. Ya ha sido advertida suficientemente toda la conducción empresaria de que AOMA no tolerará el despido de los trabajadores mineros, ni que se use nuestra fuerza laboral como variable de ajuste», expresaron los trabajadores mediante el escrito.

En boca de mina

Por otro lado, La Opinión Austral entrevistó a Fabián Aguila, tesorero de AOMA Santa Cruz, quien relató que ayer se movilizaron hacia la minera por «80 despidos».

Explicó que la decisión del sindicato fue «paralizar la actividad minera, dejamos en claro que en la boca de mina no van a mover una sola piedra hasta que no haya solución a nuestro pedidos», señaló Aguila.

El referente gremial sostuvo que los despidos se ejecutaron en el transcurso de estos últimos días y que están apelando «al diálogo, pero no hubo respuesta».

El paro por tiempo indeterminado tuvo el acatamiento de los 500 mineros que prestan servicio allí, dijo el tesorero, al tiempo que precisó que durante la jornada de ayer comunicaron al gerente de Recursos Humanos de la firma sobre las acciones que llevaron adelante.

Más adelante, precisó que «oficialmente no hay información sobre el motivo del despido, pero lo que hicieron fue bajar el contrato de exploración (inversión) y dejar sin trabajo a la gente. Pedimos que el contrato de exploración continúe o caso contrario, se dé una solución a los trabajadores».

No obstante, el gremio señaló que en la jornada de hoy «haremos alguna manifestación en las oficinas de Gold Corp».

Recordemos que días atrás, el titular del gremio de la AOMA, Javier Castro, lanzó un llamado de atención a las empresas y sostuvo: «hoy estamos viviendo una situación muy especial y difícil con las mineras, lo que es de público conocimiento». Luego advirtió a todas las empresas del sector que hoy están trabajando en la provincia de Santa Cruz que «no vamos a permitir desde nuestra organización que un solo compañero santacruceño se quede sin trabajo», más allá de «la situación, el momento malo y de crisis generado por varios factores y no solamente referidos al famoso impuesto minero del que todos hablan».

La lucha intermonopolista recrudece ante las medidas tomadas a favor de Chevron. Se ha generado una ofensiva de todas las multinacionales extractivas en busca de igualdad en la ventajas que recibe Chevron mientras los medios nacionales sólo se hacen eco de la decisión de la canadiense Goldcorp de «suspender la campaña de exploración iniciada hace poco más de dos meses, por falta de financiamiento (por la baja internacional del precio de los metales) y la inconveniencia de aumentar las reservas ante la obligación de pagar un impuesto adicional por ellas, en virtud del gravamen recientemente sancionado por la Legislatura provincial».

En ese marco, los 500 trabajadores del yacimiento Cerro Negro, que es operado por la minera Goldcorp, ubicado a 70 kilómetros al sudeste de Perito Moreno lanzaron, el último miércoles, un paro por tiempo indeterminado en reclamo por 80 despidos y denuncian que la compañía pretende llevar adelante un plan de despidos masivos que afectaría a cientos de trabajadores mineros y sus familias.

Desde el inicio de la medida de fuerza, los trabajadores tomaron el control del yacimiento y procedieron a desalojar todo el personal jerárquico de la compañía.

Desde la boca de la mina, que es controlada por los trabajadores, declaran «no van a mover una sola piedra hasta que no haya solución a nuestro pedidos» «no permitiremos que nuestro trabajo sea la variable de ajuste», «no vamos a permitir que un solo compañero se quede sin trabajo». La presente medida de fuerzas se enmarca en una larga lucha de los trabajadores por salarios, condiciones de vida, seguridad e higiene.

Durante el presente mes los trabajadores camioneros realizaron cortes y mantuvieron bloqueada la empresa durante 4 días para lograr el reencuadramiento del personal que maneja los camiones dentro del yacimiento.

El pretendido ajuste no significa que Goldcorp renunciará, a la «gallina de los huevos de oro», nunca mejor dicho, que es tener vía libre para explotar intensivamente los recursos naturales de la provincia. La empresa no paga por lo que se lleva, deja todo contaminado, no remedia el ambiente y se llevará, a partir de los próximos meses, gracias a una nueva planta de procesamiento, 15 millones de dólares por día, sólo de oro, sin contar la plata y otros minerales secundarios.

Las cartas están echadas, pero el paño no es el mismo que el de la década del 90. La clase obrera no acepta extorsiones ni amenazas, ni está dispuesta a retroceder ni un tranco de pulga en sus derechos y su dignidad.