Mexico

Mientras Frisco habla de bondades mineras, los tetelenses como Santo Tomás

“¿Quién es esa Frisco?”, preguntó diligente un policía estatal a otro uniformado, como queriendo saber a quién resguardar, ante los fuertes e insistentes gritos de “Fuera Frisco” que los habitantes de Tetela soltaron al final de la reunión informativa organizada por Semarnat para que esa empresa minera presentara el proyecto de exploración que quiere hacer en el cerro de Espejeras.
Por: LETICIA ÁNIMAS VARGAS

Seis horas, de las nueve de la mañana a las tres de la tarde, fueron las que aguantaron los tetelenses para sacar sus mantas y cartulinas de repudio a la minera que desde hace más de doce meses les quita el sueño y que hoy se enteraron “oficialmente” que ya hizo 42 hoyos en la montaña donde nacen los manantiales que los abastecen de agua.

Al mismo tiempo, advierten a funcionarios de la Semarnat que “si las próximas guerras en el mundo serán por el agua, aquí puede correr sangre. Tomen medidas, paren a la mina”. No obstante, los empleados del gobierno federal admiten que la reunión fue un éxito.

Por la mañana, llegaron poco a poco a la cita con los representantes del corporativo, se anotaron en las mesas ubicadas a la entrada de la cancha del palacio municipal, atrás de ellos, ingresan dos células de ocho policías estatales cada una, portando rifles de asalto, más los cuatro de turno del municipio, se instalan en el balcón interior del enorme edificio construido por los “Tres Juanes”: Francisco Lucas, Crisóstomo Bonilla y Nepomuceno Méndez en el siglo XIX cuando, aseguran, pretendieron separarse de Puebla y declarar a Tetela capital de un nuevo estado.

“Muchos policías, incomodan –refieren- aquí somos pacíficos”, se sientan y se disponen a escuchar. ¿Por qué vinieron con la información hasta ahora?, es la pregunta que flota en el ambiente.

Los funcionarios de Semarnat encabezados por su nueva delegada en el estado Daniela Migoya Mastreta explican la mecánica del encuentro: primero hablarán los de Frisco, luego se dará 10 minutos para que seis pobladores presenten sus ponencias; habrá una ronda de preguntas y al final se dará lectura al acta de la reunión informativa.

Se cumplen uno a uno los puntos del orden del día. Primero les habla Juan Carlos Flores Cano que estrena cargo en Frisco ante la necesidad de “tender lazos” sólidos con las comunidades, promete comunicación constante, hasta da su correo electrónico, dice que frenará abusos, como el cierre de caminos vecinales a los pobladores.

Los empleados o ejecutivos de los corporativos mineros han unificado su discurso, afirman que las actividades extractivas que se desarrollan en el país tienen asiento en zonas remotas, rurales y en ocasiones pobres, en donde la pequeña agricultura es la actividad económica principal y pueden ser una opción para evitar que los jóvenes emigren, además de que la población se beneficia de la infraestructura generada por sus empresas

La minería es sinónimo de crecimiento y desarrollo sustentable, todos necesitamos del oro, lo usamos en cámaras, tabletas, celulares y no sólo en aretes o cadenas.

Luego, el hidrobiólogo Enrique Pablo Dorantes, a quien Semarnat ya le rechazó un primer MIA para la exploración de Espejeras. Dice que aun no hay condiciones para decidir si el proyecto minero va, presenta su documento que minutos después es cuestionado puntualmente por los jóvenes universitarios estudiantes de Biología.

Se incomoda y amenaza: para ejercer se necesita de cédula profesional, si no se tiene se está cometiendo un delito. Lo mismo hace ante las acusaciones de tala ilegal o de ocupación irregular de predios: “denuncien”, los anima.

Se siguen escuchando las voces de los jóvenes, le piden rigor, que cite fuentes, que se actualice, que no sea subjetivo, que no use nombres científicos inexistentes, que hable de los daños a los mantos acuíferos. Se oye una voz discordante, una joven abogada habla de prisa: “el proyecto es viable –asegura-. Hasta cuando respiramos impactamos al ambiente”, aventura, todos se ríen pero nadie aplaude.

El ejercicio informativo es fluido, el ambiente pacífico de la reunión lo permite. Reparten papeletas más de 70 preguntas, el tema del agua es lo que más inquieta, 30 comentarios. Se escucha de nuevo a los representantes de la minera, responden, pero no satisfacen, murmuran en el graderío.

Empiezan a llegar mujeres y niños con sus lonas y carteles al portal del palacio de los Tres Juanes, se les escucha gritar, salen a calmarlos. Ya han pasado seis horas. Leen el acta de la reunión. Todos se paran. Entra un grupo de manifestantes y detrás de ellos la policía y un grupo de elementos de seguridad, vestidos de civil, de los representantes de la empresa.

Antes, Juan Carlos Flores Cano, el ejecutivo minero, agradece al alcalde Marco Antonio Uribe, le ofrece “ayuda”, por lo mientras para las “fiestas”, le dice. Ya su par canadiense, Almaden Minerals, las ha financiado en Ixtacamaxtitlán.

“Fuera Frisco”, es el grito recurrente, tanto que inquieta al policía. No sea la de malas. La deleg.ada de Semarnat, Daniela Migoya se acerca a los inconformes, “no pasa nada” le dice don Germán Romero de Tetela Hacia el Futuro, ella asiente, escucha la advertencia y las peticiones, ofrece regresar.

Por la puerta lateral, salen los empleados de Frisco, los resguarda la policía y los empleados que trajeron, se suben a una camioneta Van entre insultos de la gente que cambió sus consignas por cosas más subidas de tono.

Fue un buen ejercicio, exitoso dice la Semarnat, pero los tetelenses como Santo Tomás: “hasta no ver, no creer”. Ya nos dijo todo lo bueno que puede pasar, ahora díganos qué sería lo peor, requieren a los mineros y entonces el ya molesto hidrobiólogo suelta su última frase de humor involuntario: «sería como un trago amargo», algo así como un té de ajenjo, pensamos