Internacional

Las críticas a las actividades extractivas: Greenpeace

Por Pedro Lipcovich
Greenpeace, los argumentos

“Las zonas de San Juan próximas a las minas a cielo abierto padecen severas restricciones en el uso de agua”, sostiene Martín Prieto, director ejecutivo de Greenpeace Argentina. El ambientalista destaca también que esta minería “está plagada de accidentes en el mundo” y afirma que “son frecuentes las contaminaciones por cianuro, por las fracturas de los ‘diques de cola’. Además, “la carga impositiva de la minería en la Argentina es ridículamente baja”.

“En los departamentos sanjuaninos próximos a las minas de la Barrick Gold, desde las 9 de la mañana a las 9 de la noche sólo se puede usar agua para consumo humano: no para regar cultivos ni para lavar. Es una imposición del gobierno provincial para atender las necesidades de la minería a cielo abierto, que requiere inmensa cantidad de agua”, sostuvo Prieto.

“La historia de la minería a cielo abierto está plagada de accidentes. Uno de los más importantes se produjo en Baiamare, Rumania, en 2000, y afectó gravemente el Danubio y el mar Negro. Otro se produjo en Ghana y otros en Nevada, Estados Unidos, siempre por responsabilidad de megaempresas australianas, norteamericanas o canadienses. Las empresas depositan el cianuro y otros tóxicos en el ‘dique de cola’, un pequeño embalse donde permanecerán indefinidamente aun después del cierre de la mina, expuestos a accidentes sísmicos y de otro tipo. El 75 por ciento de los vertidos de cianuro son por fracturas en los diques de cola; el resto, por problemas en el traslado o en las cañerías. Hay países, como la República Checa, que han prohibido esta minería.”

“En 1993 se sancionó un régimen impositivo y aduanero privilegiado a favor de las empresas mineras, con una carga ridículamente baja. Pero la ‘fiebre del oro’ sólo se desató en estos últimos años, a raíz del gran incremento en su precio, que pasó de 330 dólares la onza en 1993 a 1650 dólares hoy”, afirmó.