Ecuador

La liberación de los líderes Shuar y sus implicaciones para el Ecuador de hoy

*/Por Mario Melo*[1]*
http://www.cadtm.org/La-liberacion-de-los-lideres-Shuar
La mañana del martes 8 de febrero de 2011, la Tercera Sala de la Corte Provincial de Pichincha aceptó el Habeas Corpus planteado por la defensa de los tres líderes indígenas Shuar que una semana antes fueron detenidos en la provincia amazónica de Morona Santiago, Ecuador, y trasladados hasta el antiguo Penal García Moreno de Quito, mediante un espectacular operativo policial que conmocionó a la opinión pública.

La liberación de los líderes Pepe Acacho, Pedro Mashaint y Fidel Kaniras tiene al menos tres implicaciones políticas importantes en la coyuntura que atraviesa el Ecuador:

1. Respecto al movimiento indígena, ha quedado demostrado que la CONAIE tenía razón cuando afirmaba que la detención de los tres líderes Shuar era arbitraria e inconstitucional. Ha quedado claro, además, que el tono de autosuficiencia con el que las autoridades abordaron el tema así como el desproporcionado despliegue de fuerza para la captura y traslado de los detenidos a Quito, como si de peligrosos terroristas se tratara, no tenían justificación y terminaron siendo el marco de una actuación ilegal que violó derechos constitucionales.

2. Respecto al juez de la provincia de Morona Santiago que procesa a los líderes Shuar, la concesión del Habeas Corpus deja una estela de duda sobre la probidad e imparcialidad de sus actuaciones. Los alegatos expuestos por la defensa de los detenidos para solicitar el Habeas Corpus y la argumentación de la Corte para concederlo son contundentes: el juez de Morona aceptó la acusación particular de la Procuraduría General del Estado presentada fuera de tiempo; acumuló en un solo proceso uno por sabotaje y terrorismo y otro por homicidio, violando la disposición del Código de Procedimiento Penal que prescribe “un proceso por cada delito”; revocó las medidas alternativas sin constancia en el expediente de que hayan sido incumplidas por los procesados y dictó la orden de prisión sin que el fiscal lo haya solicitado; la manera en que fue redactada la boleta de captura es francamente defectuosa …, ¿desconocimiento de la Ley? ¿presiones políticas? No sabemos. Lo que sí sabemos es que sin debido proceso no hay justicia.

3. Demuestra además que la estrategia de criminalizar a los líderes indígenas que protagonizan manifestaciones en contra de las políticas gubernamentales, especialmente las vinculadas con explotación de recursos naturales, acusándoles, ligeramente, de sabotaje y terrorismo, empieza a hacer agua, pues los objetivos que se buscaría alcanzar, la estigmatización de los líderes y la división de las organizaciones, no se logran. La opinión pública nacional e internacional y la gente de la calle miraron mal la desproporción de las acusaciones y de las actuaciones de la justicia penal en este caso y se mostró solidaria con los indígenas presos. Por otra parte, la reacción del movimiento indígena de la CONAIE fue unitaria en defensa de sus compañeros y se anunciaban recias jornadas de protesta en caso de que continuaran en prisión.

Es importante el que no se deje pasar el abuso. La criminalización por terrorismo a los que se oponen a determinadas políticas puede convertirse en una bola de nieve que arrastre al que es y al que no es.

Países hermanos ya han pasado por eso y los traumas perduran por generaciones.

En el fondo, no hay que perder de vista que la detención y posterior liberación de Pepe Acacho, Pedro Mashaint y Fidel Kaniras no son sino un episodio de una saga trágica. El Gobierno y la Asamblea Nacional, al

haber puesto en vigencia la Ley de Minería y haber intentado hacer lo mismo con la Ley de Aguas, sin haber construido al menos un mínimo acuerdo con las nacionalidades indígenas directamente afectadas por sus

disposiciones y violando el derecho a la consulta prelegislativa que prescribe la Constitución como un derecho colectivo indígena, generó condiciones para que la efervescencia social se desatara.

El levantamiento indígena de septiembre de 2009 tuvo sus manifestaciones más álgidas entre los Shuar, nacionalidad amazónica directamente afectada por la política gubernamental de apertura a la gran minería

metálica. El 30 de septiembre de 2009 cae muerto Bosco Wisuma, profesor Shuar que, junto con sus hermanos participaba en las protestas en las afueras de la ciudad amazónica de Macas. Momentos antes el diálogo entre

los dirigentes indígenas y los representantes de gobierno había fracasado en Macas y la policía desalojaba los manifestantes mediante un recio operativo.

Las responsabilidades por la violencia y la muerte de Bosco Wisuma son grandes y deben ser asumidas por todos quienes contribuyeron a generar las condiciones para que ese hecho lamentable se produzca. No es justo

pretender que el peso de la responsabilidad se cargue solo sobre los hombros de quienes, amparados en su derecho constitucional a la resistencia, lideraron la protesta en la que participaba la víctima, mientras aquellos otros que provocaron la protesta, los que se negaron al diálogo, los que se levantaron de la mesa de acuerdos, los que ordenaron la represión y los que la ejecutaron, sencillamente se lavan las manos.