Chile

“Golborne trató de separar a los mineros de sus sindicatos”

Por Hugo Mery
El sindicalista de 40 años, con formación universitaria de trabajador social, atribuyó la “invisibilidad” de los sindicatos en el rescate de los 33 trabajadores atrapados a un intento del gobierno y los empresarios de aislar a los mineros y sus familiares de los dirigentes, incluso de la misma mina San José. Encabezó esta actitud- según Cuevas- el propio ministro de Minería, Laurence Golborne, a quien acusa, además, de convertirse en “el primer lobbysta” de las transnacionales, con sus indicaciones a la normativa medioambiental por los relaves.

Presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre y encargado de Conflictos de la CUT, Cristián Cuevas casi no figuró en el proceso de búsqueda y rescate de los mineros de San José.

El sindicalista de 40 años, con formación universitaria de trabajador social, atribuye esta “invisibilidad” a un intento del gobierno y los empresarios de aislar a los mineros y sus familiares de los dirigentes, incluso de la misma mina San José.

Encabezó esta actitud- según Cuevas- el propio ministro de Minería, Laurence Golborne, a quien acusa, además, de convertirse en “el primer lobbysta” de las transnacionales, con sus indicaciones a la normativa medioambiental por los relaves. Del aprovechamiento de “los 33” y el olvido de “los 333”, pero también de los movimientos sociales en el país y de la cultura de la impunidad en que se cimentó Chile habló en la siguiente entrevista.

En la evaluación de lo ocurrido en la mina San José han surgido voces que culpan a los propios trabajadores por aceptar las condiciones inadecuadas en que se desarrollaban las faenas…

Eso lo dijo un señor del Instituto Libertad y Desarrollo. Lo que pasa es que los dueños de minas no tienen una política de seguridad en el trabajo, y si la tienen no la implementan. Hay también una relación fáctica con las mutuales, las que permiten la vulneración de los derechos labores. Y existe, además, el desconocimiento de los trabajadores de esos derechos y los impedimentos de los empresarios para que desarrollen sus organizaciones sindicales. Cuando ellas existen –aunque débiles e insuficientes-, acuden a mil artimañas para desarticularlas. El multi Rut es sólo una de ellas.

En este cuadro, los trabajadores se ven obligados a aceptar las condiciones que se le imponen, llevados por una situación de necesidad.

¿Y es por ese estado de necesidad que los mineros de la San José y sus familiares aceptaron ser parte del reality show del rescate?

Es más complejo que eso. Estos compañeros son instrumentalizados y objeto del blanqueo de la industria minera. No se señala que ahí hay un drama de trabajadores muy pobres, con mucha vulneración de sus derechos, pero no se usa el episodio para poner en movimiento en una nueva situación laboral.

Los medios de comunicación  exprimen al máximo el morbo y por el rating hacen que esto se transforme en un producto, olvidando que son seres humanos trastrocados en sus valores y dignidad. Los patrones y el gobierno trataron de aislar a los líderes sindicales de la empresa, Javier Castillo y Evelyn Olmos, de las familias  y de los trabajadores y de cortar el cordón entre ellos, para apropiarse ilegítimamente de los atrapados, a partir de una ayuda material y social que el movimiento sindical no puede darles. Evelyn Olmos fue al hospital y le dijeron: ”¡No los vimos a ustedes!”, pero ella y los otros dirigentes estuvieron todos los días, fueron aislados y no pudieron tener contacto con sus representados. Yo estuve varias veces en la mina y pude ver como desde el ministro Golborne para abajo invisibilizaron a los sindicalistas.

¿Cuál fue la actitud de los familiares de los trabajadores?

Algunos trataron de generar un vínculo, pero fueron los menos. La facilitación del diputado Carmona permitió hacer algunos contactos.

Lo destaca porque es de su partido. Pero, ¿y los otros parlamentarios, como la senadora Isabel Allende?

Lo digo porque fue así. Ese impedimento no debería darse en un Estado democrático. Fácticamente convierte a la democracia en un ghetto de espacios restringidos, no deberíamos tener esa situación. Sí, la senadora Isabel Allende estuvo, como los parlamentarios Robles, Prokurica y Vilches, cada uno trabajando para su propio rebaño o para su propia agenda. Hay que saber diferenciar entre ellos. El diputado Vilches pudo estar allí, pero a la hora de legislar ¿qué hizo con ese impuestito que llaman royalty? Vilches tiene acciones en la mediana y pequeña minería y debiera inhabilitarse para votar en el royalty.

-El propio ministro de Minería se convierte en gran lobbysta de las trasnacionales al introducir indicaciones a las normativas que rigen las políticas medioambientales en relación con los relaves.

¿Las grandes compañías aportaron financieramente o sólo prestaron o arrendaron sus recursos?

El gran esfuerzo fue de Codelco; los rescatistas en su mayoría pertenecían a esa compañía estatal y los trabajadores que ayudaron eran de la misma mina. Las empresas privadas aparecen siempre como las que financian: hacen negocio con el drama. Controlan el Parlamento y financian a sus miembros para que vayan a Shangai, como lo hizo Aguas Andinas; practican la política del buen vecino en su entorno y comparten en apariencia la lucha de grupos identitarios, cooptando permanentemente los movimientos sociales, para controlar la política. La Escondida financia Santiago a Mil, patrocinando a  actores de la cultura que no pueden crear libremente ni desarrollar su intelecto y capacidades, a fin de crear una nueva estética para las próximas generaciones. Algunos sobreviven en espacios de independencia, a través de la autogestión. Con perseverancia se enfrentan, muy precariamente, a los monopolios de las comunicaciones.

En este contestatario discurso contra la cultura dominante, ¿cómo encajan los anuncios de Piñera sobre un “nuevo trato laboral y el “new chilean way”?

Cuando Piñera plantea que las cosas se hicieron en la San José “a la chilena” está reconociendo las capacidades de los trabajadores y los técnicos del país, pero trata de generar un énfasis algo distinto en la eficiencia. ¿Qué cosa es la eficiencia? Poner a disposición todos los variados recursos nacionales nos parece saludable, pero no es la realidad de todos los días en todas partes.

Para ir a “un nuevo trato laboral” hay que partir ratificando el convenio 151 sobre salud y seguridad en el trabajo acordado en Ginebra en 1981, y el 176 sobre seguridad en la minería, además del convenio 8798 sobre libertad sindical y negociación colectiva. Algunos parlamentarios han negado sus votos favorables, mientras se agudizan conflictos en Monticello, Fasa y el hospital de Puerto Montt. Necesitamos saber sus nombres, para representárselo cuando vayan a sus regiones a hacer discursos sobre el “nuevo trato laboral”.

Creemos que es un anuncio mediático, lo que necesitamos es una nueva actitud, una cultura que no ponga el lucro por sobre la dignidad humana, y en eso no se avanza con anuncios gubernamentales, sino con el desarrollo del movimiento sindical.

El año 2007 alcanzó gran resonancia el movimiento de los trabajadores subcontratados del cobre que usted lideró ¿Qué avance hubo desde entonces hasta ahora?

La huelga de los subcontratados del cobre es parte de un proceso de acumulación de fuerza que puso en la agenda la situación del 70 por ciento de los trabajadores de esa industria, y que alcanza una cifra similar a nivel de la actividad nacional, especialmente en las grandes empresas y en industrias como la del salmón. Un tema que estaba invisibilizado lo recogió la Iglesia Católica al plantear el obispo Goic un ”salario ético”.

¿Cuánto se ha avanzado orgánicamente?
Son  procesos lentos, pero también dinámicos, que van construyendo esta nueva emergencia sindical, jalonada con muertes como la del compañero Rodrigo Cisternas, de la industria forestal. En Agrosur los trabajadores también trataron de adelantarse. Pero el gran capital no sólo deteriora el medio ambiente, sino también aplasta el movimiento sindical e impide –con una estructura que abarba también a los medios de comunicación- que la gente se sienta convocada a formar parte de un gran movimiento social.

En la próxima década se van a ver los frutos y un nuevo contingente de dirigentes sindicales se va a hacer cargo de reemplazar –con un cierto choque- el sindicalismo corporativista que ha estado conduciendo por años el movimiento sindical.

Con los anuncios legislativos de la ministra Merino y los homenajes a los mineros pasa colada la situación de los 361 trabajadores de la empresa afectada. ¿Qué se hará para evitar la impunidad respecto de los dueños de la mina?

La ministra Merino generó un comité de expertos, en una puesta en escena más, con declaraciones que se diluyen en cuestiones semánticas, en vez de normar la distribución del ingreso y el cumplimiento por las mutuales de un servicio de formación y capacitación de los trabajadores en seguridad en el empleo y negociación colectiva.

El caso de los más de 300 empleados que quedaron en el aire debe ser resuelto políticamente. No me vengan con cuestiones administrativas y de Contraloría. Lo de Camarones no se resolvió en forma leguleya y frente a la huelga de hambre de los mapuches se actuó finalmente con voluntad política.

Entonces, ¿el gobierno no está actuando con la misma eficiencia en el rescate de los 333 trabajadores?

Está actuando torpemente, se va en una defensa leguleya que no hace sentido a los trabajadores que se han quedado sin sus “chirlitos”, como llamamos a las indemnizaciones.  Basta que libere recursos de la Enami y no quiere hacerlo.

Pero eso significa que el Estado pague por la irresponsabilidad de los dueños…

Debe haber una normativa para que los empleadores que incumplan, que no tengan un comportamiento civilizado y pongan en riesgo la vida de sus empleados reciban una sanción ejemplarizadora.

Este país se ha construido sobre cimientos de impunidad, que ha favorecido incluso al Presidente de la República. Recuérdese el caso del Banco de Talca. Este es un país que vive de las apariencias del reality show, donde no sólo se hace figurar a los mineros atrapados y luego rescatados, sino que también concurren a él las autoridades y los dirigentes políticos. Ahora se prometió al mundo hacer las cosas a la chilena, pero esto se puede convertir en un boomerang.