mineria5672
Mexico

Expertos mexicanos alertan sobre daños de minería a cielo abierto

mineria5672Los casos de regiones en las que organizaciones civiles ven riesgos ambientales y de salud son los proyectos mineros Caballo Blanco (en Veracruz), Wiricuta (en San Luis Potosí) y Los Cardones (en Baja California Sur).

En el informe 2012, la Cámara Minera de México (Camimex) indicó que un total de 22 instalaciones mineras recibieron en 2011 el certificado de Industria Limpia.

México. La minería metalúrgica a cielo abierto es la actividad que más daño hace al ambiente porque se remueven millones de toneladas de tierra con contaminantes, aseguraron expertos del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La remoción de miles de toneladas de tierra para extraer metales como el oro tiene un costo ambiental muy alto.

Se estima que para obtener un gramo de este metal precioso se remueve una tonelada de tierra, indicó el integrante del Cemda en la zona noroeste y coordinador de Políticas Públicas, Alejandro Olivera.

El ambientalista dijo a Xinhua que la extracción de minerales genera contaminantes y en las rocas se encuentran minerales como el arsénico que impacta en los acuíferos y esta contaminación en la región dura décadas una vez que se libera el arsénico en el medio ambiente.

Explicó que no sólo el arsénico tiene impacto ambiental, sino el uso del cianuro para la extracción del oro.

«En México la situación es grave porque la región donde se ubica la mina no recibe los beneficios como tales de las compañías mineras y la concesión le cuesta unos cuantos miles de pesos al año. Entonces el costo ambiental, social y político es muy grande», expresó.

El investigador del Instituto de Geofísica (IG) de la UNAM, Carles Canet, señaló que cualquier tipo de minería tiene un impacto ambiental que va desde paisajes, suelo, aguas subterráneas, incluso el aire y la vegetación.

«Sin embargo el impacto más grave en general procede de las minas antiguas, las que puede ser que estén abandonadas y que en el momento en que operaron no había ningún tipo de legislación ambiental», explicó.

Agregó que en la época de La Colonia todos los desechos mineros quedaron expuestos por siglos a la intemperie, a los efectos del ambiente, del agua de lluvia y lo único que se puede hacer es mitigar los efectos, aparte de que no existen responsables porque es algo antiguo.

Sobre las minas modernas dijo que operan obligatoriamente bajo un estudio de impacto ambiental, programa de restauración o incluso de remediación, en el caso más extremo.

Acerca de su peligrosidad ambiental apuntó que depende del tipo de mina, del entorno, si se ubica en una zona lluviosa o árida, con relieve o si es una llanura.

Mala fama. «Si los gobiernos exigen cabalmente la aplicación de normas ambientales y exigen los programas de estudios ambientales y de restauración, entonces considero que el impacto es manejable, como el de otras actividades humanas como puede ser desde el turismo hasta la infraestructura», indicó.

Los casos de regiones en las que organizaciones civiles ven riesgos ambientales y de salud son los proyectos mineros Caballo Blanco (en Veracruz), Wiricuta (en San Luis Potosí) y Los Cardones (en Baja California Sur).

El investigador del Departamento de Recursos Naturales del IG apuntó que la minería es una actividad agresiva, no obstante señaló que se pueden disminuir los daños.

La minería también es la actividad con peor fama, pero en realidad casi toda actividad humana que interacciona con el ambiente tiene impacto negativo, recordó.

Otras actividades quizá no sean tan mal vistas, que van relacionadas con la explotación poco racional de la vegetación y que pueden afectar regiones, cordilleras, o un turismo demasiado agresivo intrusivo en la naturaleza.

Entonces «tampoco hay que satanizar la minería, sino más bien aterrizar cuáles son los problemas y minimizarlos», comentó.

El ambientalista Olivera señaló que 40% del territorio mexicano está concesionado a compañías extranjeras, otorgados por la Secretaría (ministerio) de Economía.

«Se habla mucho de la minería responsable, pero las mineras exploran donde sea, ya sea sobre acuíferos, regiones secas o bosques. Lo que les interesa es la extracción de minerales», comentó.

El académico Canet aclaró que en zonas áridas no existen daños, pero sí los puede haber en los acuíferos por varias razones, ya que las minas suibterráneas deben ser desaguadas constantemente por bombeo y el agua puede tener algún tipo de conmtaminación.

Bacterias. Otra razón es que los residuos mineros son un volumen muy superior a la cantidad aprovechable de la roca.

Aunque se haga de la mejor manera, los residuos mineros almacenados o expuestos pueden liberar metales y acidez que van directamente a la red fluvial o a los acuíferos, aunque hay formas de contenerlo o mitigarlo, explicó.

El investigador del IG de la UNAM comentó que existen técnicas para contener los daños, mediante barreras físicas y tener los residuos sobre zonas que estén protegidas con textiles, materiales fuertemente impermeables que los dejen apartados del medio ambiente.

«También, implica añadir aditivos a los residuos mineros para condicionar las reacciones químicas que suceden en ellos, hasta técnicas que implican la intervención de bacterias, es decir, colocar suelos y sembrar plantas arriba de los residuos», añadió.

Sobre el desplazamiento de campos agrícolas por la minería, Carles Canet dijo que en la mayoría de los países los recursos del subsuelo son de la nación y los países otorgan la concesión a empresas para obtener un beneficio.

«Eso significa que el agricultor, ejidatario o pequeño propietario, no es propietario de lo que hay debajo, por lo tanto, bajo la Ley Minera, digamos, la actividad minera pasa por arriba de la agricultura en la mayoría de los casos, ya que son zonas concretas y de interés estratégico», apuntó.

Ambos expertos reconocen sin embargo que las mineras dejan a las poblaciones obras de infraestructura y vialidades, así como entregas de computadoras y otros servicios, ya que esa es la política de las grandes empresas que no quieren tener sus nombres en las listas negras como enemigos públicos.

En relación a las leyes que favorecen la protección del ecosistema, Canet dijo que la mineras extranjeras se adaptan a la legislación de cada lugar y al control de las actividades para preservar el medio ambiente.

Algunas mineras con buena política de «marketing» del medio ambiente tienen sus zonas mineras bonitas, rodeadas de árboles y porque quieren, al menos, mostrar la imagen de que son sensibles con los impactos ambientales.

Esta semana que termina el Congreso de México aprobó la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental.

«El que perjudica tiene que pagar, sea una empresa, un particular o una multinacional. Estoy de acuerdo con los principios de corresponsabilidad y sustentabilidad», subrayó.

En el informe 2012, la Cámara Minera de México (Camimex) indicó que un total de 22 instalaciones mineras recibieron en 2011 el certificado de Industria Limpia.

«Se cuenta con 78 operaciones mineras certificadas como industria limpia y otras 34 están en proceso», dijo el dirigente de la Camimex, Manuel Lúevanos.

El valor de la producción minera metalúrgica en 2012 cerró con US$20.148 millones, 45% más que en 2011 y posicionó al sector como el tercero más productivo, superado por las ventas petroleras y las divisas del sector automotriz.