E Cº la cruz
Argentina

Esquel: una fiesta inolvidable por los 10 años del NO A LA MINA

E Cº la cruzDurante los pasados días 22 y 23 de marzo, se desarrollaron los festejos por los 10 años del Plebiscito por el NO a la mina, que determinó en aquel la cancelación del proyecto megaminero del Cordón de Esquel, pero que además sirvió de plafond para que se multiplicaran en todo el país movimientos asamblearios de lucha popular. La organización de la totalidad de los festejos estuvo a cargo de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Esquel, con la colaboración de particulares y empresas loclales, sin la presencia ni el auspicio de ningún estamento del Estado, lo que en definitiva nos habla de una verdadera y genuina fiesta popular.

Por Federico Soria

Quien suscribe ya dejó expresada de manera personal la trascendencia particular de tal episodio histórico (ver acá); ahora toca expresar, luego de haber concurrido y formado parte de los festejos, y más allá de la infinidad de excelentes crónicas de otros compañeros, todas las emociones e infinidad de sensaciones que dejó el inolvidable fin de semana vivido en esa localidad de la Patagonia Argentina…

Se percibe en el aire: en Esquel «se respira lucha»

Personalmente estar en el lugar donde comenzó todo, fue una emoción muy grande, a más del honor que significó haber sido invitado a participar en los eventos. Ya el paisaje de la mañana en Esquel era además de bello, muy sugerente: la vista desde la casa de la compañera que gentilmente nos recibió y puso todo de sí para que nuestra estadía fuera la mejor (a pesar de haber estado todo el tiempo absorbida por la organización), en el amanecer y levantándose la ciudad, con una especie de bruma difusa, transmitía esa sensación que se siente estando allí en contacto con la gente (y que es una frase muy sentida por los esquelenses y repetida en paredes y pancartas): «Aquí se respira lucha»; y luego de ver lo que fueron esos días y el amor y esmero que pusieron todos y cada uno de los vecinos para llevar adelante un evento mayúsculo con la sola ayuda de sus convicciones y sus manos, vaya si no es así! ¡si se respira lucha, no podés ofrecer otra cosa que pasión!

El arranque fue con la inauguración de una excepcional y excelente muestra con toda clase de objetos y obras de arte que recuerdan la epopeya del NO a la mina, incluso antes del plebiscito, cuando la incertidumbre respecto del proyecto minero era tan grande y la voluntad política del gobierno de llevarlo a cabo era tan firme, que sólo unos pocos convencidos estaban seguros de que el resultado de la lucha podía ser el que vemos hoy. Esos cientos de objetos son conservados como verdaderos tesoros por los vecinos, pero no como tesoros de valor monetario o antigüedades de museo: es parte de la historia viva, de la historia grande construida por ellos mismos y que son mostrados por ellos con el más ferviente orgullo, el mismo orgullo que siente aquel que ha obtenido sus logros por su propio sacrificio y disfruta con alegría de ellos, como lo hacen los propios esquelenses…

Los días 22 por la tarde y 23 por la mañana se desarrollaron una serie de charlas con panelistas todos invitados (uno de ellos quien suscribe). Al observar la cantidad, calidad y diversidad de referentes que invitan a estos eventos, indudablemente me surge una conclusión contundente: gran parte de la victoria en la lucha popular se debe a que, tanto desde el primer día, cuando asistían asorados al despliegue de cooptación incesante de gobierno y corporaciones, así como hasta ahora, con todo el bagaje y la experiencia que cargan luego de años de lucha, sufrida pero muy bien ganada, a pesar de todo eso, su gente sabe escuchar y es permanentemente deseosa de hacerlo, la excelente organización de las exposiciones y respuesta de la gente asistiendo masivamente a las charlas demuestra ante todo que los esquelenses tienen una fenomenal práctica del aprendizaje, en eso también hacen punta…

Los representantes de los pueblos originarios exponiendo sus problemáticas

La presencia de los pueblos originarios y sus saberes ancestrales conformando los paneles de expositores, dejan a las claras que el saber ancestral debe estar al mismo nivel que el conocimiento empírico. Los pueblos originarios representan el emblema máximo de la resistencia contra la entrega del territorio y sin dudas elo quedó de manifiesto con la voz ronca de Patricio Huichulef, lonko de Laguna Fría, cerca de Gan Gan, Chubut, a quien ya conocemos por estar presente en cada movida regional que se realiza cada tanto, sus intervenciones reivindicando la resistencia de los pueblos originarios (y también sus corderos asados); así como los representantes de la comunidad Gelay-co, reivindicando la memoria de Cristina Lincopán (¿primera? víctima del fracking en Argentina) y la resistencia contra la alianza conformada por gobiernos y empresas multinacionales irrumpiendo y arrasando sus territorios.

Ese es el ejemplo de lucha, más allá de cualquier conocimiento, el de la resistencia que lleva siglos, el de quellos que a pesar de ser blancos directos de la maquinaria de la corrupción, la impunidad, la censura, la represión y la muerte, aun siguen en pie y con decisión, voluntad y entereza, continuando la lucha.

Después del almuerzo de camaradería, en una improvsada asamblea se discutieron estrategias y sacaron conclusiones: por sobre todo, hubieron demostraciones de unión y entereza, así como de apoyo a aquellos pueblos que están más comprometidos y tienen encima el aparato de la megaminería hidrotóxica desplegando su accionar.

Una plaza repleta hizo reverencia a las insignias de los pueblos originarios

Posteriormente la fiesta popular se trasladó a la Plaza San Martín, allí, se izaron los estandartes que corresponden, más allá de las naciones opresoras: La whimphala y la bandera de guerra mapuche-tehuelche. Se presentaron diversos números artísticos, locales y regionales en la glorieta central de la plaza que hizo las veces de escenario, siempre cubierto de banderas del NO a la mina. Y como la lucha no cesa, aún en medio de los festejos, se juntaron firmas para elevar un petitorio para que el proyecto minero del Cordón de Esquel se cancele definitivamente.

Con el correr de la tarde, la plaza se fue llenando de todo tipo de gente: hombres, mujeres, niños, adultos mayores, familias enteras, se pudo ver a toda clase de héroes con la capa bien puesta, exhibiendo el trofeo de una batalla «limpiamente» ganada: agua pura de la montaña puesta en bidones para que cualquiera se sirva.

Uno de los momentos más emotivos de toda la jornada fue cuando apareció en el escenario y tomó el micrófono Silvana Villivar, quien hace 10 años fuera la joven de 21 años que firmara el primer amparo interpuesto contra el inicio de la explotación minera en Esquel, allí se la veía, muy emocionada y con la voz entrecortada, junto a quienes fueron patrocinantes de aquella acción legal que terminó escalando instancias judiciales hasta ser ratificado en la Corte Superma de Justicia de la Nación; y en definitiva fue el principio de todo lo que vno después…

Como en todo cumpleaños, no podía faltar la torta, una gran torta con la representación de las montañas y la ciudad y una mini-pancarta con una de las frases más oídas en Esquel en los últimos diez años: «la montaña de pie gracias a su gente», hecha por alumnos de una escuela local con la ayuda de panaderos de la ciudad. Desde ya, después de los cánticos, la misma fue cortada y repartida entre todos los asistentes. Y después uno de los condimentos artísticos más importantes de la fiesta: desde uno de los rincones de la plaza avanzó hacia el escenario la murga «La 23» especialmente conformada por miembros de la samblea vecinal y artistas y músicos locales, más de 30 personas que interpretaron un musical que relataba la historia de la epopeya esquelense, con mucho humor, sátira y ritmo (escuchar acá).

Murga «La 23» interpretando el musical del 10 aniversario

A esta altura la plaza ya estaba repleta de gente y el musical fue muy aplaudido por todo el público presente. Pero sin lugar a dudas el mejor momento de todos fue la marcha, que se inició ahí mismo, partiendo de la plaza, una verdadera multitud comenzó a desplazarse por las calles, encolumnados detrás de los vecinos más antiguos que forman parte de la asamblea. Se pudo ver toda clase de pancartas, en su gran mayoría y como ocurre siempre en este tipo de movidas: portadas por quienes las han confeccionado, éramos muchos, algunos hablan de 6.000 personas, lamentablemente no había un punto panorámico para apreciar toda la multitud, pero eran 5 cuadras cubiertas de gente, de pared a pared.

Además del pueblo de Esquel, había gente de varios lugares: Rawson, Trelew, Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia, Epuyén, El Bolsón, Bariloche, Neuquén, Buenos Aires y más… todos vinieron especialmente a la fiesta, cada uno con sus carteles, las murgas con sus atuendos, que nos hicieron recordar que para evocar un logro histórico, nada mejor que festejarlo con color y alegría. La marcha recorrió las calles del centro y se detuvo en una esquina, donde se descubrió una placa recordatoria de los 10 años del histórico plebiscito, nuevamente con el cúmulo de emociones acumuladas, a más de uno se le piantó un lagrimón y era imposible no contagiarse de esa emoción colectiva, algo que también ellos saben transmitir y generar en el visitante una apropiación emocional de esas sensaciones…

La marcha fue verdaderamente multitudinaria

Y la marcha siguió, ante el marco imponente de los cerros al atardecer, con los últimos rayos solares resaltando el gigantezco «no a la mina» desplegado en una de las laderas y que se lee desde todos lados, es como si los esquelenses hubieran puesto en boca de las montañas aquello que es el deseo de todos; y las montañas agradecidas nos dieron eso que saben dar: un paisaje imponente y único y en ese mismo tren la naturaleza se congració con sus custodios, otorgándonos una tarde apacible, poco frecuente para el riguroso clima patagónico.
Al retornar a la plaza, se había montado una gran urna, representando el «urnazo» que despachó a los empresarios mineros devuelta a su casa, donde cada uno depositaba las boletas del NO a la mina, que se estuvieron repartiendo entre la concurrencia durante las horas previas. Los espectáculos siguieron, con más bandas, murgas y escuelas de danza, para finalizar con la lectura del documento emitido por la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Esquel en alusión a la fecha, muy emotivo también, haciendo un repaso de toda la lucha, desde el comienzo hasta el presente y de cara al futuro (ver texto completo acá)..

Cualquiera que no entendiera de qué se trata todo esto, diría que por estos días los esquelenses están muy monotemáticos con su interminable evocatoria, sin embargo la fiesta fue muy diversa: hubieron charlas, muestra, arte, espectáculos, marchas, homenajes y sobre todo mucha emotividad y se nota que laburaron un montón, interminables días y noches preparando todo; y pusieron todo el esmero para que salga como salío, nuevamnte felicitaciones y ojalá lo sigan disfrutando, tanto como nosotros el estar ahí, porque realmente se lo merecen…