Mexico

En Tetela prevalece la unidad de la población ante la llegada de la minera del multimillonario Carlos Slim

“Slim, aquí no te queremos; lárgate o te jodemos”, reza una de las decenas de expresiones escritas en un muro colocado en la plaza principal de Tetela de Ocampo.

La advertencia no parece menor. A diferencia de otros movimientos sociales de defensa de la tierra y el agua en el estado de Puebla, el de Tetela se caracteriza por la unidad de su pueblo, que en amplia mayoría, desde niños hasta ancianos y los comerciantes del tianguis dominical, pasando por los jóvenes de secundaria y bachillerato que no muestran apatía alguna cuando escuchan hablar de “la mina”.

 

Prácticamente no hay casa de la cabecera municipal que no tenga colocada una cartulina invitando a “la defensa de la vida” rechazando a la minera Frisco, una de las tantas propiedades del multimillonario Carlos Slim Helú.

Sólo la comunidad de La Cañada, justo donde está la antigua mina abandonada hace medio siglo, no hay carteles ni rechazo a la presencia de los trabajadores de Frisco.

La razón es sencilla: son los únicos que han llegado hasta este poblado de menos de 350 personas, enclavado justo al pie del cerro Espejeras, a ofrecerles un empleo remunerado. Nadie más lo ha hecho en décadas, y las carencias son muchas, por lo que un sueldo de dos salarios mínimos es, para ellos, una buena noticia.

Ayer domingo, de todos los rincones del municipio de Tetela más de 600 personas se dieron cita para escuchar cómo defender su territorio, y lo que les podría pasar si aceptan la llegada de Frisco. La atención era total cuando oyeron de Sergio Serrano, de San Luis Potosí, que todo en el Cerro de San Pedro ahora es contaminación y pobreza.

Otro de los habitantes que tomó el micrófono reclamó a los ciudadanos que preferían hacer sus compras en el tianguis que dejaran su apatía y se sumaran al movimiento de defensa: “Tetelenses no sean egoístas. No fuera que estuvieran entregando dinero de Oportunidades o de Progresa, porque entonces sí estaría lleno”.

Tras este reclamo la gente aplaudió más fuerte y la plaza se llenó aun más. Hubo más pancartas con expresiones contra la mina, pero con la advertencia de que Semarnat autorizó su presencia y con ello un riesgo severo para la vida.

“Slim, escucha y entiende, Tetela no te quiere”; “Yo no quiero oro no quiero plata, yo sólo quiero respirar mañana”; “Slim, regresa a Líbano a buscar oro y deja a Tetela en paz”; “Slim, tu ambición es descomunal, pero Tetela unida te vencerá”, se leía en las pancartas que además exigían respeto a las garantías constitucionales.

En el camino a la mina Espejeras, entre los cerros, existe un predio de cerca de dos hectáreas cercado, con mampostería y baños portátiles para trabajadores. A paratir de ahí están los anuncios de Frisco donde prohíbe todo: cazar, cortar árboles, tirar basura, el paso y más, pero no la destrucción del medio ambiente. A un lado están los manantiales que surten de agua a toda la ciudad.

Tras el foro convocado por la organización Tetela hacia el Futuro este domingo, las reuniones de ciudadanos no paran. Por la noche, aun con lluvia, en algunos restaurantes y cafés de la ciudad la gente siguió sentándose a discutir lo que salió bien, pero también los errores. Planean la siguiente estrategia contra Slim, mientras toman café de la Sierra Norte de Puebla.