Chile

EMERGENCIA SANITARIA EN EL CONTEXTO DE LA PANDEMIA POR COVID-19 EN CHILE Y SU IMPACTO EN LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

Informe conjunto dirigido al Relator Especial Sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas de las Naciones Unidas, Don José Francisco Calí Tzay, elaborado por:
Comunidad Indígena Yagán de Bahía de Mejillones
Consejo de Pueblos Atacameños
Mesa de Coordinación de Pueblos Originarios del Budi
Municipalidad de Saavedra
Observatorio Ciudadano
Plataforma Política Mapuche
Junio 2020
Ver informe: https://observatorio.cl/emergencia-sanitaria-en-el-contexto-de-la-pandemia-por-covid-19-en-chile-y-su-impacto-en-los-derechos-de-los-pueblos-originarios/

Junio 20201.- Introducción
En el marco de la crisis sanitaria y económica que vive Chile y el mundo, los pueblos
indígenas u originarios son uno de los grupos más vulnerables frente a los impactos de la
pandemia y la crisis económica, debido a las diversas desigualdades que enfrentan en lo
social, económico y territorial; lo anterior, se une a la sobrecarga de enfermedades que
afrontan, como por ejemplo, los altos índices de diabetes e hipertensión arterial
producto de los cambios alimenticios causados por la reducción territorial(1).
Diversos organismos económicos y financieros han anunciado una crisis económica sin
precedentes y decenas de millones de personas desempleadas a raíz de la pandemia por
Covid-19. Para la región, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe – CEPAL
ha pronosticado el aumento de la pobreza y de la extrema pobreza, la persistencia de las
desigualdades y el descontento generalizado. En este contexto, la crisis por la pandemia
tendrá repercusiones negativas en la salud y la educación, así como el empleo y la
pobreza, principalmente en los sectores más pobres y vulnerables(2), entre ellos los
pueblos indígenas(3).
Asimismo, dadas las desigualdades económicas, sociales y culturales de Chile, los efectos
de la pobreza y el desempleo sin duda afectarán de forma desproporcionada a los
pueblos indígenas u originarios que habitan tanto las zonas rurales como las ciudades.
Ello, sumado al hecho de que Chile aún no ha brindado respuestas adecuadas frente al
estallido social que surgió en el país en octubre de 2019, el cual ocasionó diversas
protestas a lo largo del país, que se vieron interrumpidas con el inicio de la emergencia
sanitaria por Covid-19 en marzo de 2020. En este sentido la CEPAL ha afirmado, con
respecto a Chile, que lo que más preocupa es que esto pueda aumentar el descontento
social que ya existía antes de la crisis sanitaria, “justamente porque la desigualdad y la
pandemia, han demostrado grandes deficiencias estructurales que se vienen arrastrando
en materia de salud y protección social”(4).

Sirve recordar, que si bien Chile ha ratificado el Convenio 169 de la OIT en el 2008 y
aprobó con voto favorable la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas de 2007 y la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas de 2016. A pesar de ello, los pueblos indígenas en Chile no están reconocidos
en la Constitución Política y la Ley 19.253 de 1993, conocida como la “Ley indígena”, hace
referencia a ellos como “étnias”, privándoles de esta forma de su reconocimiento político
como pueblos y del reconocimiento de sus derechos colectivos. Asimismo, la Ley
indígena no ha sido adecuada a los actuales estándares internacionales en materia de
derechos de los pueblos indígenas a los que se encuentra obligado Chile. Lo cual sin
duda aumenta el grado de vulnerabilidad de los pueblos indígenas que habitan Chile.
2.- Incidencia, tasas de mortalidad y aumento del riesgo de infección para el pueblo
Mapuche.
De acuerdo al Censo de 2017(5), los pueblos indígenas que habitan Chile representan el
12,8% del total de la población del país, lo que significa aproximadamente 2.158.792
personas, siendo el pueblo mapuche el más numeroso (1.745.147 personas). Asimismo,
se aprecia una tendencia en el incremento progresivo de la población urbana indígena
por sobre la rural: el mismo estudio, arroja que un 87,8% habita áreas urbanas, contra un
12,2% que lo hace en zonas rurales.