Chile

El rescate es solo parte del fin del drama en la Mina San José

Por José Luis Cordova.
13 October, 2010
Los 300 mineros de la empresa San Esteban que quedaron sin trabajo en la superficie, forman parte -de manera vergonzantemente oculta- del drama que viven sus 33 compañeros enterrados en la mina San José desde hace mas de dos meses. “¡Para tu show, Piñera, 300 estamos afuera¡”, vocearon por las calles de Copiapó los operarios de la mina San José que salvaron con vida del derrumbe del 6 de agosto pasado.

En la plaza de armas de la capital de Atacama y frente a la Intendencia Regional, estos trabajadores reclamaron a viva voz el pago de sus sueldos correspondientes al mes de septiembre que la empresa San Esteban les debía, mientras se hace inminente –al cierre de esta edición- el rescate de sus colegas que permanecen a 700 metros de la superficie.

Mientras avanza la operación de rescate, sobre todo a través del llamado Plan B con el apoyo decisivo del Estado a través de Codelco, los dirigentes sindicales encabezaron una manifestación que culminó con el compromiso de pago de las remuneraciones y la entrega de los correspondientes finiquitos.

Para Javier Castillo, dirigente sindical de San Esteban y de la CUT Regional, el pago atrasado constituye una parte de la solución que implica que cada trabajador podrá llevar recursos a sus hogares para cancelar las deudas habituales de cualquier hogar “pero, al mismo tiempo, la desvinculación de la empresa nos lanza a la cesantía, sin siquiera tener claro si los propietarios van a decretar la quiebra de San Esteban y, por ende, perjudicándonos con considerables pérdidas en las indemnizaciones correspondientes y en el pago por los años de servicio que –en caso de quiebra- se reduce considerablemente”, explicó.

Con todo, para el diputado Lautaro Carmona, esta solución “es parte de la promesa del actual gobierno planteada a todo el país de que ningún minero afectado por el drama desatado el 6 de agosto pasado quede en la indefensión. En todo caso, el movimiento sindical se mantiene en estado de alerta y esperamos que las promesas se cumplan”.

Durante  la marcha por las principales calles de Copiapó, que fue apoyada entusiastamente por la población local, se sumaron a la manifestación las trabajadores del supermercado Lider que se encuentran en huelga exigiendo mejoras salariales. “La empresa nos ofrece 77 mil pesos de aumento, pese a que la mayoría de los 150 trabajadores ganan poco más que el mínimo en extenuantes jornadas laborales”, denunció a El Siglo, Sandra Vargas, dirigente sindical copiapina.

En el campamento “Esperanza”

Después del mediodía del viernes último, el diputado Carmona y el consejero regional Jaime Iturra se dirigieron al campamento Esperanza, a la entrada de la mina San José.

Tras dos controles policiales carreteros surge una insólita “feria de variedades” con carpas, tarimas y stands de los móviles de televisión, centros de prensa y estudios para transmisión en directo de medios de comunicación locales, nacionales y extranjeros, incluidos payasos pintarrajeados y un container habilitado como “sala de clases” para los niños.

Los familiares de los mineros permanecen instalados en  callejuelas improvisadas donde reciben visitas de las autoridades y comparten con técnicos, rescatistas y asistentes de salud enviados por el gobierno para su asistencia. No es fácil romper el “filtro” y la desconfianza ante la presencia foránea, sobre todo de productores y gestores comunicacionales.

De verdades y desconfianzas

Durante toda  nuestra estada en el campamento se sucedieron los rumores y sorpresas: que el ministro de salud Jaime Mañalich había asegurado que el rescate se produciría el martes 12, en clara contradicción con el ministro de minería Laurence Golborne, quien afirmó que la decisión  de la fecha definitiva del salvateje “se tomará tomando en consideración exclusivamente los detalles técnicos y de seguridad que garanticen el éxito completo de la operación”.

La presencia de Cecilia Morel de Piñera y de la senadora Isabel Allende, coloca una extraña nota de glamour en  una situación angustiosa para centenares de familiares que viven tensos momentos finales a la espera de sus seres queridos.

“Esperamos que el rescate se haga en el momento más oportuno y con todas las providencias que correspondan, independiente de la agenda de viajes del Presidente de la República”, comentó el diputado Carmona.

El presidente Piñera aseguró por su parte a la prensa desde Santiago que el presidente de Bolivia, Evo Morales viajará hasta Copiapó para estar presente cuando los mineros –y su connacional- sean izados hasta la superficie.
Con los familiares

Invitado por las familias de Víctor Zamora Bugueño (“de Piedra”) y de Carlos Albero Barrios Contreras (“Vinchuca”)  dos de los mineros que resisten  desde hace dos meses a 700 metros de profundidad tras el derrumbe, Lautaro Carmona, diputado y
secretario general del PC, departió con la madre del primero y el padre del segundo.

Nelly Bugueño, madre de Víctor explica a El Siglo su sentimiento ante la inminencia del rescate: “Paciencia y más paciencia es lo que necesitamos ahora”, con la mirada perdida entre las tres torres que trabajan afanosamente por llegar hasta donde está su hijo.

“Hemos recibido un gran apoyo de las municipalidades, de todo el mundo, un apoyo moral que es el que más se necesita, tanto para ellos que están abajo como para nosotros, sus familias. Ha sido muy importante para todos, porque esto es algo grande, es historia, un milagro. Siempre ha habido inseguridad en las minas pero eso era responsabilidad de los dueños –explicó la señora Nelly. Yo creo que con esto, los propietario deberían tomarle más peso a la situación y tendrán que ponerse las pilas para que tengan buena seguridad para sus trabajadores”.

“Creo que los trabajadores tienen una gran labor bajo estos cerros porque dan sus pulmones y hasta vida –también fui trabajadora- y se sabe que el trabajo minero es peligroso por un derrumbe, una piedra, tantas cosas…Creo que el empresario debe responder a los trabajadores aunque se tire a la quiebra, como se ha dicho, pero igual tiene que responderles en gratitud porque gracias a los trabajadores, las empresas reciben mucho dinero en ganancias, ellos se llenan los bolsillos y los trabajadores siguen igual pobres, muriéndose de silicosis. La verdad de las cosas es que hay una tremenda responsabilidad de los empresarios –no solo del dueño de esta mina- sino de todos los de la minería porque casi todo Chile viven por la minería”, añadió.

Consultada la mamá de Víctor si le gustaría que su hijo volviera  a trabajar en los piques, afirmó con seguridad: “No, porque es muy arriesgado, muy peligroso, pero las decisiones las tiene que tomar él no yo, no puedo hacer nada”, se lamentó.

El padre de Carlos Barrios:

“No quería hablar con nadie, estoy tan angustiado como el primer día cuando llegué al campamento, tengo la misma angustia, un dolor en el estómago, en la cabeza. Son 60 y tantos días ya  que mi hijo está abajo y me he comunicado sólo por carta y los fines de semana que con verso con él pero no es lo mismo”, explicó Barrios.

“No quisiera que Carlos siga trabajando en lo mismo, ambos sabíamos que en esta mina no había medidas de seguridad y siempre lo comentábamos, pero el problema eran “las lucas” que estaban más o menos y otras fuentes laborales no habían, era lo que había por el momento. El Carlos me había dicho incluso que quería trabajar hasta septiembre nomás abajo y de ahí retirarse”, dice con resignación el padre del minero que tiene 27 años de edad.