Mexico

El Poder de la soberbia

Tras 21 días de protestas, empresa rechaza dialogar

Pese a bloqueo, continúa producción de oro y plata en mina de Zacatecas

Aerotaxis, helicópteros rentados y tres aviones Learjet aterrizan en la aeropista de Peñasquito para relevar personal operativo y directivo

Agua y empleos, las principales demandas de habitantes y transportistas, respectivamente

 A casi tres semanas de iniciado el bloqueo a los accesos de Peñasquito, la mina de oro y plata a cielo abierto más grande de México, la empresa no ha dejado de producir los lingotes de esos metales preciosos para sostener su estatus en el mercado internacional del sector, y aplica su política de cero tolerancia, con el fin de no dialogar con los habitantes y transportistas inconformes del municipio de Mazapil, hasta que suspendan sus protestas.

En una muestra de poderío económico, el gigantesco complejo minero propiedad de las trasnacionales Goldcorp y Newmont –de capital canadiense y estadunidense, respectivamente–, es mantenido parcialmente en operaciones mediante un puente aéreo montado con aerotaxis, con decenas de helicópteros rentados y tres aviones tipo Learjet, que aterrizan en la aeropista de Peñasquito, para realizar los relevos de personal operativo y de directivos necesarios.

Videocámaras instaladas estratégicamente graban todo y personal armado de la empresa de seguridad privada Maya mantiene vigilados a los habitantes de esta zona, cuya principal demanda es por el agua que les quitó la mina y por lo cual han instalado varios campamentos de guardia frente al complejo minero, a cuyos alrededores se encuentran además estacionados cerca de 200 camiones de carga y unidades cisterna, de transportistas de la región que exigen empleo.

Según sus cifras (goldcorp.com), Peñasquito extrae a diario 130 mil toneladas de material rocoso de los tajos a cielo abierto Chile Colorado y Peñasquito, que se procesan en gigantescos molinos para luego, con cianuro, extraer los valores minerales con métodos de lixiviación y flotación.

La huella ecológica que dejan estas operaciones es visible a decenas de kilómetros de distancia: hay gigantescos cerros de desechos rocosos y tepetate.

Peñasquito extiende su dominio en un polígono de 5 mil 462 hectáreas del semiárido valle de Mazapil, donde tiene reservas probadas de casi 9 millones de onzas de oro que, de acuerdo con la cotización internacional del metal (miércoles 10 de abril) de mil 309 dólares la onza, representan un valor de 11 mil 781 millones de dólares, o 221 mil 600 millones de pesos (18.81 por dólar). Sin contar las reservas inferidas, 2.35 millones de onzas de oro adicionales. Aparte de sus valiosos yacimientos de plata, cobre, zinc y plomo. Después del conflicto con transportistas y habitantes de la comunidad de Cedros en octubre de 2017, cuando sus accesos fueron bloqueados durante casi un mes, Goldcorp asumió la postura de cero tolerancia a la protesta.

A diferencia de entonces, cuando el gobierno estatal envió a cientos de policías estatales y ministeriales para amagar con el desalojo a los habitantes y transportistas inconformes, esta vez el gobernador Alejandro Tello Cristerna no ha intervenido en el conflicto comunitario con la mina, ante la posición del nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador de no reprimir las protestas sociales.

Pero a las partes en conflicto se les acaba el tiempo y los recursos. A dos semanas de iniciado el bloqueo minera Peñasquito intentó burlar el cerco de los transportistas y campesinos de las comunidades de San Juan de Cedros, Palmas Grandes, Peñasquito, Mesas, Portezuelo y Charcos. Como fueron tapados con camiones sus siete entradas generales, utilizando maquinaria pesada, la minera abrió literalmente más accesos para el ingreso de equipo, combustible y otros suministros. De los siete que había hace dos semanas, ahora tiene 22 puertas.

Pero los transportistas y campesinos se movilizaron rápidamente para bloquear también los nuevos accesos. Y a pesar de sus puentes aéreos, la minera comienza a resentir la falta de suministros, entre ellos gasolina y diésel, éste, vital para la operación de los camiones de carga de alta capacidad, conocidos como yucles.

Peñasquito cuenta con 90 yucles, cada uno extrae en promedio 300 toneladas de material rocoso en viajes a los tajos a cielo abierto. Cada máquina posee tanques para 4 mil litros de combustible. Ante la falta de diésel por el cerco, hasta el miércoles 10 de abril 65 camiones Caterpilar y Komatsu ya se encontraban detenidos, fuera de labores. Esta semana la mina podría detener sus actividades totalmente.

En tanto, los transportistas integrantes del sindicato de la empresa Cava se inconforman porque fueron excluidos del acarreo de materiales y agua. Peñasquito pasó sus contratos a Epsa, un consorcio español.

Choferes que hoy protestan son ejidatarios que hace una década rentaron a Goldcorp sus tierras para las actividades mineras, y con el dinero obtenido compraron camiones de carga, pues la empresa les había prometido subcontratarlos. Pero ahora están fuera, sin trabajo y sin tierras.

 

Fuente:http://www.remamx.org/2019/04/el-poder-de-la-soberbia/