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Perú

EL CANON COMUNAL DE GARCIA

logo cooperaccionEl escenario electoral ya comenzó a calentarse y los candidatos comienzan sus campañas. García, que nuevamente ha sido nominado como candidato aprista, ha iniciado formalmente su campaña hablando casi de todo, incluido el tema minero.

¿Cuáles han sido los principales ofrecimientos de García y qué ha planteado en el tema minero? Aparte de reducir la pobreza a menos del 10% al término de un eventual gobierno, también ha ofrecido un crecimiento económico de 6% en promedio y bajar la desnutrición infantil a menos del 15%.

En el tema minero lo que más ha llamado la atención y merece un análisis detallado es la propuesta de canon comunal. ¿Qué dijo? “Los beneficios no llegan a las comunidades; por eso los campesinos se levantan”. “Crearemos un canon comunal para que las comunidades campesinas puedan recibir directamente los beneficios económicos de la actividad minera”.

¿Cuál es la hipótesis que está detrás de la propuesta de García? ¿Es cierto que “los campesinos se levantan” sólo por beneficios económicos? ¿Cuánto ha aprendido el presidente del baguazo y de una larga lista de conflictos que ocurrieron durante su gobierno?

En primer lugar no está de más recordar que es precisamente en el período de García que los conflictos se dispararon en número e intensidad. Como se puede apreciar en el siguiente gráfico, mientras que García recibió el país con un número de conflictos por debajo de los 100, es desde mediados del año 2007 que comenzaron a aumentar aceleradamente hasta llegar a un pico de 272 conflictos a finales del año 2009: en su gobierno ocurrieron conflictos como el de Combayo en Cajamarca, Río Blanco en Piura, el capítulo dramático de Bagua, Santa Ana en Puno, Tía María en su primer capítulo y también se encubó el conflicto de Conga, cuyo EIA fue aprobado el año 2010, entre otros.

Pero además, no hay que olvidar que a García le tocó un periodo de  bonanza y se benefició del súper ciclo de los precios de los commodities, en particular de los minerales. Por lo tanto, los recursos abundaban: por ejemplo, el año 2007 el sector minero llegó a representar el 50% del impuesto a la renta (ver gráfico) y éste se distribuyó a las regiones a través del canon.

Lo cierto es que la abundancia de recursos no impidió la ola de protestas en su gobierno. Y si bien se puede argumentar que los recursos y los beneficios no llegaban   directamente a las comunidades, la responsabilidad es de todos los gobiernos, incluido el de García. Además, en su gobierno se diseñó el famoso óbolo minero que fue manejado directamente por las empresas en sus zonas de influencia directa.  

También habría que precisar que la propuesta que presentó García en el mitin de la semana pasada, ya había sido expuesta en la pasada Convención Minera de Arequipa, por su ministro preferido, Luis Carranza, que la resumió de la siguiente manera: hay que compensar a las comunidades. Aparentemente, para la dupla García-Carranza, todo se resuelve con una política de compensación económica; así se evitará que las comunidades se opongan a las inversiones mineras y como han mencionado de esa manera podrán “seguir perforando los Andes”.

Aparte de que en su gobierno quedó demostrado que la fórmula no funciona, García no entiende -o no le interesa entender- el carácter multidimensional de los conflictos mineros. Está claro que a la base de la larga lista de conflictos ocurridos en el país, no sólo existen demandas económicas; también están las sociales, las ambientales y por supuesto las culturales. Allí está Bagua, entre otros casos. No entender estas diferentes  dimensiones de los conflictos significa que no ha sacado las lecciones de lo vivido en todos estos años.

Pero además, el candidato aprista y su ministro pretenden que nos encerremos en una burbuja. Ambos nos dijeron que el Perú estaba blindado frente a cualquier crisis internacional, precisamente un año antes de que el PBI caiga prácticamente a cero en 2009. Carranza también anunció a todos los vientos que el súper ciclo de los minerales duraría por lo menos treinta años más. Ahora García anuncia un crecimiento de 6% del PBI en promedio para los próximos años haciendo básicamente lo mismo; es decir exportando minerales, porque para él, hablar de diversificación productiva, suena a “velasquismo”.

¿Cómo una economía pequeña como la peruana puede crecer a niveles del súper ciclo cuando todos los pronósticos hablan de un contexto global deprimido? Las proyecciones son claras: un reciente informe publicado por Oxfam, elaborado por Armando Mendoza, muestra que los precios internacionales de los minerales continuarán deprimidos y que la recaudación seguirá siendo golpeada, lo que ha  creado un panorama fiscal complicado que se proyecta para el próximo quinquenio.

Los ofrecimientos del candidato aprista no tienen ningún asidero y en realidad se asemejan a otras propuestas irresponsables que ya han fracasado: por ejemplo, ¿qué diferencia hay entre el canon comunal de García y los 500 soles ofrecidos por Waldo Ríos en su campaña por la presidencia regional de Ancash. En realidad muy poca y lo mismo que en Ancash, es probable que la propuesta termine archivada, sin posibilidad de implementarse.

Un segundo paralelo es que en la práctica el candidato aprista esté planteando regresar al esquema del óbolo minero: dinero para financiar obras directamente en las comunidades vecinas a los proyectos mineros, pero manejado por las empresas, aunque no hay que olvidar que ahora estamos en época de vacas flacas. Esta fue la fórmula empleada con el denominado Programa Minero de Solidaridad con el Pueblo y que tampoco funcionó.

El país necesita propuestas serias y más aún un abordaje integral para enfrentar la conflictividad social en las zonas de influencia de la minería. Seguir jugando con la expectativa de la gente provocará un mayor descrédito de la clase política y a la larga, mayores conflictos. En suma, el peligro es reeditar el quinquenio aprista, lleno de conflictos, desgobierno y oportunidades desperdiciadas.