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Chile

Crisis de Pascua Lama, o el fracaso al Tratado de Integración Minera entre Chile y Argentina

Pascua-Lama-01Los diversos proyecto mineros metalíferos enmarcados en el Tratado Minero entre Chile y Argentina, destinado a facilitar la explotación de yacimientos encontrados en la frontera entre ambos países, presentan escaso o nulo avance. Los mismos se localizan en las altas cumbres de la Cordillera de los Andes entre ambos países, región donde nacen las cuencas hídricas y se hallan miles de glaciares descubiertos y cubiertos.

Pascua Lama era el primero, pero varios otras iniciativas también estaban en la lista. Se trata de la cartera de proyectos mineros binacionales, nacida al alero del Tratado Minero Binacional entre Chile y Argentina -que data de 1997- y cuyo objetivo central era viabilizar una serie de desarrollos ubicados en la frontera.

Sólo entre los que se acogieron al acuerdo chileno-argentino se cuentan proyectos por casi US$10.000 millones, además de Pascua Lama, con el que la cifra total alcanza los US$20.000 millones.

Pero a pesar del entusiasmo inicial, hoy esa cartera de proyectos está paralizada. Salvo algunos avances menores, proyectos como Los Helados, Vicuña, Filo del Sol y José María, entre otros, llevan años sin avances por distintas razones.

En el sector se cree que un factor clave en este frenazo lo constituye la crisis por la que atraviesa el proyecto Pascua Lama, la iniciativa de propiedad del grupo Barrick que no sólo ha enfrentado inconvenientes en materia ambiental, sino que también ha visto dispararse sus costos, que hoy superan en más de ocho veces la estimación hecha cuando partió el proyecto, hace ya casi una década.

Al ser el primer proyecto minero binacional en el mundo, Pascua Lama estuvo bajo los ojos de toda la minería. De su éxito dependía la materialización de todo el resto de la cartera binacional, tanto a nivel jurídico como técnico. La primera etapa fue sorteada en 2007, tras una serie de reuniones en las que se pudo resolver un punto clave: cómo se iban a repartir los impuestos generados por su operación. La decisión final fue que Pascua Lama tributaría en relación a la participación de cada país en el mineral, lo que favorecía a Chile pues el 75% del recurso se ubicaba de este lado de la cordillera.

Pero la parte técnica tuvo y sigue teniendo complicaciones. Al encarecimiento del proyecto se sumaron fallas ambientales, que le valieron una multa por US$16 millones -la más alta hasta ahora- de la Superintendencia de Medio Ambiente, que después sería anulada por los Tribunales Ambientales y que ahora está en la Corte Suprema. A ello se agrega la demora en la construcción propiamente tal. Una de las razones del retraso fue que la empresa subestimó la dureza del invierno.

Tanto así, que en el último invierno de trabajo -en 2012- sólo fue posible trabajar durante ocho de los 30 días de cada mes en promedio, lo que retrasó tareas clave para la habilitación de la mina como, por ejemplo, el presstriping (remoción de tierras para dar con el cuerpo mineralizado) y el montaje de las plantas.

¿El nuevo Pascua Lama?

Candidatos a suceder a Pascua Lama hay -o había- varios. Los Helados, Filo del Sol y José María están siendo desarrollados por la canadiense NGEX, que se asoció con Pan Pacific Copper -misma propietaria del proyecto Caserones, pronto a entrar en operaciones- y Jogmec, que posee el 40% de Jose María.

A ellos se añade otros proyectos más al sur, como Vicuña y Amos Andrés, este último abandonado en 2008 por Rio Tinto.

En el caso de NGEX, la firma recientemente consolidó sus proyectos bajo lo que llamó Distrito NGEX, al que incluso le estimó un precio: US$3.254 millones. En su última presentación corporativa, figura sólo Filo del Sol como proyecto binacional, mientras que a Los Helados la ubicó del lado chileno y Jose María en Argentina.

Filo del Sol permanecerá este año en exploración, mientras que los otros dos están en etapas más preliminares.

En rigor, todos estos proyectos no son nuevos. Durante la década pasada, la empresa sueca Lundin estableció una filial en Argentina, llamada Deprominsa, la cual mantuvo campañas exploratorias tendientes a cuantificar los recursos presentes en la alta cordillera. Todo, como parte del tratado entre Chile y Argentina.

Aún con los avances reportados, en el último informe de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) sobre proyección de inversiones en el sector no figura ninguno de estos planes.

En la década pasada se estimaba que sólo las iniciativas del distrito Vicuña tendrían un costo de US$3.000 millones, considerando US$1.000 millones por cada uno de los desarrollos. Sin embargo, el encarecimiento de los materiales, insumos, mano de obra y otros recursos han disparado esa cifra, que hoy se estima (según cálculos no oficiales) sobre los US$10 mil millones.

Otro factor que apuntan en la industria minera como factor que ha impedido el desarrollo es la situación político-económica en Argentina, país que ha sufrido una baja en la inversión extranjera en los últimos años. A esto se suma ahora, como novedad, la creciente incertidumbre jurídica en Chile.