Chile

Codelco afina plan por US$ 3 mil millones para extender operación de Salvador a 2054

El desarrollo del Rajo Inca permitirá a la división triplicar su producción de cobre. Faena entrará en funcionamiento el 2019 y su construcción comenzará a fines de 2015.

Una de las tareas pendientes que tenía la administración de Codelco liderada por su presidente ejecutivo, Thomas Keller, era el futuro de su división más deficitaria: Salvador.   Tras varios análisis, que implicaron este año desembolsos cercanos a los US$ 9 millones, la corporación decidió dar luz verde al desarrollo del proyecto Rajo Inca, que permitirá explotar a cielo abierto la mina que hoy funciona como subterránea en la III Región.  

Según fuentes de la empresa, la iniciativa acaba de finalizar su ingeniería de perfil -primera etapa donde se corrobora la viabilidad de explotar una zona con potencial minero-, arrojando satisfactorios resultados para la compañía.   Un informe presentado al directorio sostiene que el Rajo Inca implicará una inversión cercana a los US$ 3 mil millones y su potencial de producción se empina sobre las 160 mil toneladas de cobre al año. Esto triplicará la producción actual de 50 mil toneladas del metal rojo que alcanza la división.  

Además, su ley de mineral -porcentaje de cobre que se extrae por cada tonelada de tierra removida- estaría en torno a 0,45%.   Asimismo, los estudios que se manejan en Codelco permiten asegurar la existencia de reservas por 1.600 millones de toneladas de cobre. Esto se traduciría en la extensión de la vida útil del yacimiento hasta el 2054.  Previamente, se había estimado que esta iniciativa solo permitiría certificar rentablemente el yacimiento por 20 años más.   Además, con esta definición se alejan los fantasmas de un eventual cierre de operación en la división. Esta última fue muy cuestionada en los últimos años debido a sus altos costos sobre los US$ 3 por libra y su baja producción. Incluso, desde 2012 a la fecha la operación funciona con pérdidas para Codelco y solo aporta el 2,7% de la producción total de la firma estatal.  

Fecha de comienzo de los trabajos   Tras finalizar la etapa de ingeniería de perfil, Rajo Inca pasará a ser dirigido por el equipo de grandes proyectos que tiene la corporación.   En 2014 y 2015 están contempladas las fases de prefactibilidad y factibilidad del proyecto con miras a iniciar su construcción a fines de 2015.  Según explican desde la empresa, la idea preliminar es que el desarrollo de la faena demore cerca de tres años con miras a que inicie su producción a fines de 2018 o inicios de 2019.  

Tanto el próximo año como durante 2015 se espera que los equipos técnicos de Codelco tengan una visión más precisa de la magnitud de producción que tendrá el rajo y el potencial de negocio que le aportaría a la corporación una vez que entre en operación.   Pese a lo anterior, todo hace indicar, dicen desde la empresa, que esta es una muy buena oportunidad para la estatal y que sería catalogado como un proyecto “estructural”.   Los otros que integran esta cartera son Chuquicamata Subterránea, Ministro Hales, Radomiro Tomic Sulfuros Fase II, el nuevo nivel de la mina El Teniente y Andina 244.   Para todos estos yacimientos Codelco tiene involucrada una cifra cercana a los US$ 27 mil millones durante los próximos cinco años.   US$ 27 mil millones durante los próximos cinco años tiene considerados Codelco para sus proyectos estructurales.  

US$ 4 mil millones en inversiones desembolsó la firma estatal durante 2013.  Estatal elevará programa de inversiones para 2014.  Bastante definido se encuentra el plan de inversiones de Codelco para 2014. El programa contempla el desarrollo de parte de sus proyectos estructurales como Chuquicamata Subterránea, Nuevo Nivel Mina El Teniente y Radomiro Tomic Sulfuros II, entre otros.  

Según explican fuentes de la empresa, el próximo año se desembolsarían cerca de US$ 5 mil millones, lo que representaría un aumento de más de US$ 1.000 millones respecto de los cerca de US$ 4 mil millones que se ejecutaron durante el actual ejercicio.  

Para contar con este financiamiento, está contemplado que la compañía le solicite al Ministerio de Hacienda un monto de capitalización cercano a los US$ 1.000 millones en recursos frescos.   Durante 2013, el Gobierno le entregó a la compañía US$ 2 mil millones en utilidades retenidas de la operación con Anglo American.   Sin embargo, estos montos pertenecen a flujos contables que no pueden ser utilizados de forma efectiva para el desarrollo de proyectos.