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Venezuela

Arco Minero del Orinoco amenaza el Parque Nacional Canaima

parque nacional camainaEl Parque Nacional Canaima del estado Bolívar, en Venezuela, cumple este domingo 12 de junio, 54 años de haber sido fundado y 22 años declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El presidente Nicolás Maduró decretó la creación del Arco Minero del Orinoco, con la finalidad de instalar un desarrollo minero en una amplia zona con monumentos naturales, y cuencas que están protegidas igualmente por leyes ambientales y convenios internacionales, que provee de las reservas de agua dulce más importantes del país.

Por su extensión, 30 mil km2, es considerado el sexto parque nacional más grande del mundo. Cerca de 65% está ocupado por mesetas de roca llamadas tepuyes. Estos constituyen un medio biológico único, presentando también un gran interés geológico, dados sus acantilados escarpados y sus caídas de agua, que incluye el Salto Ángel, la más elevada del mundo, a 1.283 m.

En 1994, el Parque Nacional Canaima fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, por ser una reserva natural que cuenta con relieves abruptos especiales y únicos en todo el mundo: los tepuyes, especies de mesetas de millones de años de antigüedad, con paredes verticales y cimas casi planas.

Los tepuyes más conocidos son el Monte Roraima, el más alto y fácil de escalar de todo el parque; y el Auyantepui, el más visitado, pues en este se encuentra el Salto Ángel.

Se dice que los tepuy son rocas areniscas y datan del período en que América y África formaban un supercontinente. A este tipo de relieve se le conoce comúnmente como Macizo Guayanés. Y este parque es hogar del pueblo pemón, quienes guardan una relación con los tepues, y creen en que son el hogar de los espíritus «Mawari».

Canaima es inmensamente rica en fauna y flora, esta última reúne más de 300 especies endémicas solo en La Gran Sabana; y en su hidrografía incluye la totalidad de la cuenca de la margen derecha del río Caroní.

Geológicamente constituyen restos de una cobertura sedimentaria, formada por arenisca muy antigua, que se superpone a una base de rocas ígneas (granito, principalmente) que es aún más antigua (casi 3.000 millones de años).

Los tepuyes más conocidos son: el Auyantepuy (de donde se desprende el Salto Ángel), El Roraima, El Kukenan y El Chimantá, entre muchos otros. Todo esto hace que Canaima posea una rica y extensa atracción turística nacional e internacional.

En el 2012, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, respaldó los trabajos realizados por el ministerio de Turismo en la preservación de este Patrimonio Natural de la Humanidad, luego que el para entonces ministro de Turismo, Andrés Izarra, denunció la depredación del parque, por parte de grupos que se dedican a la explotación minera en los ríos Carrao y Caroní.

“Eso trae muchas consecuencias, sobre todo para el Embalse del Guri, esto porque los ríos Caroní y Carrao, vierten sus aguas en este importante embalse, y esos sedimentos afectan las turbinas que generan la electricidad para el 70% de la población”, explicó el titular de la cartera turística.

El Ejecutivo nacional, puso a disposición todas las instituciones encargadas de la seguridad y soberanía del país para atacar esta situación. “Un monstruo de mil cabezas que estamos sufriendo allí con la minería. Los planes hay que ir constantemente revisando. Continuar la batalla en contra de la minería depredadora que destruye este patrimonio nacional”.

Uno de los 14 motores

El presidente Nicolás Maduró el 24 de febrero decretó la creación del Arco Minero del Orinoco, con la finalidad de instalar un desarrollo minero en una amplia zona del estado Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro para una extensión total de 111.843,70 kilómetros cuadrados, durante encuentro con representantes de empresas 130 nacionales e internacionales.

Se trata de un área de gran biodiversidad con bosques y selvas que están protegidas por decretos de reserva forestal como el caso de Imataca, de 3 millones 800 mil hectáreas; La Paragua y El Caura con 5 millones 134 mil hectáreas, monumentos naturales, como el caso de Guanay decretados en 1991 y cuencas que están protegidas igualmente por leyes ambientales y convenios internacionales, como la Cuenca del Caroní de 96 mil kilómetros cuadrados, que provee de las reservas de agua dulce más importantes del país y generadora de 60% de la energía hidroeléctrica que alimenta la represa del Guri y el complejo hidroeléctrico, reseña en el diario El Universal.

Canaima-minería ilegal

La periodista Valentina Quintero, el 19 de abril de este año denunció ante el cabildo abierto de la oposición, su rechazo a la idea del presidente Nicolás Maduro de explotar el Arco Minero, lo que podría acabar con el Parque Nacional Canaima y con las comunidades indígenas del Amazonas.

“El único responsable es este Gobierno y los militares, porque ellos son los únicos que manejan la gasolina y sin este combustible no existe la minería. Es el Gobierno quien acaba con el turismo”, e indicó que la única salida a la crisis del país es el referéndum revocatorio. El 1° de mayo, un grupo de indígenas pemones cerró la pista de aterrizaje ubicada en la zona occidental del Parque Nacional, con el fin de rechazar y alertar sobre este tipo de actividades criminales que afectan y que destruyen el medio ambiente en el que habitan.

Padrino lo niega

El miércoles 3 de junio el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, descartó que existan prácticas de minería ilegal en el Parque Nacional Canaima en el estado Bolívar. «En el Parque Canaima en este momento no hay minería ilegal. Eso lo sacamos nosotros, lo extirpamos en el mes de diciembre pasado», expresó.

«Hay que estar constantemente pendientes. El negocio se hace tan lucrativo para las mafias que trafican con el oro, el diamante y el coltán, que hay que estar en perfecta sintonía y en contacto con las autoridades para hacer frente a estos males», señaló Padrino López.

Etnocidio, ecocidio y genocidio

Etnocidio, es la destrucción de la cultura de un pueblo; ecocidio, extensa destrucción, daño o pérdida de ecosistema(s) de un territorio dado, ya sea por mediación humana o por otras causas, a un grado tal que el disfrute pacífico de ese territorio por sus habitantes se ve severamente disminuido; y genocidio, aniquilación o exterminio sistemático y deliberado de un grupo social por motivos raciales, políticos o religiosos.

Estos tres delitos ambientales fueron los denunciados por Américo De Grazia, diputado a la Asamblea Nacional por el estado Bolívar y activista de la Causa R en Venezuela, ante la aplicación del denominado Arco Minero, para la explotación minera.

Esta posición es respaldada por el exsenador Alexander Luzardo quien afirma que esto será un mega atentado en contra de la República. “El presidente Maduro, el Gabinete de Gobierno y la FANB no pueden convertirse en «garimpeiros». Resaltó que, incluso, se incumpliría con la oferta ecológica electoral que años atrás hizo Hugo Chávez y exhortó al país a rechazar cívicamente esta pretensión.

El presidente de la comisión permanente de ambiente de la Asamblea Nacional, diputado Julio César Reyes rechazó las concesiones otorgadas a empresas extranjeras para el Arco Minero del Orinoco e instó al Gobierno a revisar la activación de la explotación minera, a su juicio esto traerá un gran impacto ambiental.

“De acuerdo a todas las investigaciones y toda la recaudación de información que hemos tenido es realmente grave el impacto ambiental que esto significa, lo que indica que esa concesión traerá daños irreversibles en materia ambiental a nuestra generación, porque allí están las reservas de agua dulce más importante del país”.

De Grazia, también ha revelado que existe un informe presentado por los diputados a la Asamblea Nacional, donde se sustenta por otro informe entregado por el comisario en jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), José Gregorio Lezama Gómez, quien reportó en enero de 2016 a sus superiores y al ministro de Interior Justicia y Paz, Gustavo González López, cómo opera la mafia del oro en Guayana. Estos documentos fueron entregados a la Fiscal General y al Defensor del Pueblo.

“Está en peligro la hidroeléctrica, la reserva forestal, las cuencas de El Caura, Caroní y el Orinoco, por lo que se tiene que impedir el desastre ecológico y el etnocidio, pues las más de 12 etnias indígenas que viven en ese arco minero están siendo asesinadas y el genocidio del que están siendo víctimas los venezolanos que viven en Guayana adentro”.

Gregorio Mirabal, coordinador general de la Organización Regional de Pueblos Indígenas del Amazonas (Orpia), expresó el rechazo y la preocupación de las organizaciones y comunidades indígenas de la Amazonía venezolana ante la reactivación del plan Arco Minero del Orinoco.

Nelson Merentes, presidente del Banco Central de Venezuela, aseguró que con la minería va a darse un impacto positivo en el Producto Interno Bruto (PIB) y en el desarrollo de las finanzas. “Solo en la unión de Brisas del Cuyuní y parte de Las Cristinas debe haber en 20 o 25 años alrededor de 100.000 millones de dólares en oro y cobre”.

Santiago Arconada, activista y facilitador de la Universidad Nacional Experimental Indígena del Tauca, señaló que la ejecución del decreto que permite la explotación del Arco Minero de Guayana, “es una puñalada contra la vida en el planeta tierra”.

En marzo de 2013 la Coordinadora de Organizaciones Indígenas del Amazonas (Coiam) difundió un comunicado expresando su preocupación por los planes y proyectos de desarrollo minero anunciados por el Gobierno nacional, basados en la activación del Arco Minero y en el acuerdo suscrito con la transnacional Citic Group.

La XX Asamblea General Ordinaria reunida en la fecha 21 a 24 de abril de 2016 en la comunidad El Playón, se pronunció sobre el Decreto del Arco Minero que afecta directamente a las poblaciones de la cuenca del Caura y en especial las comunidades indígenas de los Pueblos Ye´kwana–Sanema y pemón. “Rechazamos definitivamente la implementación del arco minero en nuestros territorios y hábitats. ¡Queremos seguir existiendo! ¡Exigimos nuestro territorio para seguir viviendo bien ¡ ¡La vida vale, más que El oro!”, Revista SIC. Centro Gumilla.