Colombia

PAN DE HOY, HAMBRE DE MAÑANA

ES LA MINA DE ORO DE CAJAMARCA-COLOMBIA

Por Humberto Pérez Salazar. Geólogo Universidad Nacional de Colombia.
Ibagué, 23 de junio de 2008

Cajamarca, está de plácemes porque a su territorio llegó el inversionista extranjero. Esta villa, paso obligado para el Occidente de Colombia, tiene más de 200 nuevos empleos, la mayoría para obreros no calificados, con salarios por encima de los regionales, su comercio se reactivó, las donaciones a entidades de diversa índole, son notorias y la capacidad de compra y consumo de sus habitantes aumentó.

La sociedad Kedahda S. A., AngloGold Ashanti-Colombia, inició ilegalmente trabajos de exploración en la Zona de Reserva Forestal Central, decretada por la Ley 2 de 1959, amparada en los Títulos Mineros EIG – 163 y GGF – 151, los cuales se superponen totalmente a la zona de reserva, y no en forma parcial, como inicialmente lo advirtió Instituto de Geología y Minería de Colombia -Ingeominas, para posteriormente, terminar otorgando los títulos mineros, aunque dijera que para iniciar la exploración del oro, debería solicitarse al Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial –MAVDT-la sustracción del área parcial superpuesta. Cortolima, ante la violación de la Normatividad Ambiental, a través de la Resolución No. 205 de febrero de 2008, ordenó la suspensión inmediata de las actividades de exploración hasta que el MAVDT, realice la sustracción del área que se encuentre dentro de la Zona de Reserva.

La extensión que deberá sustraerse debe corresponder a la totalidad de los dos títulos mineros que tienen más de 4.412 hectáreas, y no las 515,75 hectáreas, solicitadas por la sociedad minera, porque los dos se encuentran totalmente en la Zona de Reserva Forestal Central.

Muchos problemas padece Cortolima, por hacer cumplir la Normatividad Ambiental, aunque la responsable por la suspensión de actividades, es la compañía minera que inició labores sin cumplir los requisitos de ley. A pesar de lo anterior, se dice que Kedahda S. A., AngloGold Ashanti-Colombia, muy pronto reiniciara sus actividades de exploración.

El oro a explotar se encuentra diseminado en pequeñísimas cantidades en las rocas, y su extracción como en muchas partes del mundo, dado su bajo tenor, se hará a cielo abierto y utilizando cianuro, sustancia tóxica y letal, si se ingiere o se inhala. La cantera será similar a la de Chuquicamata en Chile, donde se extrae cobre, igualmente diseminado.

En la cantera el suelo y la vegetación se arrasarán y los pequeños afluentes de las quebradas La Colosa y La Arenera, que parcialmente nacen en sitios próximos a la posible ubicación de la cantera; desaparecerán o sus caudales se reducirán notablemente.

Los caudales de la quebrada La Guala y de los ríos Bermellón y Coello, que reciben agua de las quebradas La Colosa y La Arenera, se menguarán y el Distrito de riego de Usocoello, dispondrá de menos agua, y varias hectáreas que actualmente se siembran en arroz, en el municipio de El Espinal, desaparecerán para siempre, generando también para siempre desempleo, mientras que el empleo en la mina de Cajamarca será transitorio y sólo mientras dure su explotación.

Los sedimentos provenientes de las actividades mineras que caerán al río Coello, disminuirán el volumen de agua transportada, pues incrementarán la sedimentación en los canales del Distrito de Riego de Usocoello, y además, se aumentarán los costos económicos de la limpieza de los canales.

De la cantera se extraerán varios miles de toneladas de roca diariamente, utilizando explosivos que generarán compuestos contaminantes nitrogenados. Las voladuras expulsarán al aire partículas sólidas e inducirán contaminación sonora.

El material fracturado sacado de la cantera se apilará y la meteorización del mismo propagará drenajes ácidos, que confluirán en las aguas superficiales, deteriorando, en últimas, la calidad química del agua del río Coello, utilizada en agricultura y en acueductos como el del municipio de El Espinal y Chicoral-Tolima, del cual toman agua potable más de 25.000 habitantes.

Los fragmentos rocosos extraídos de la cantera se triturarán hasta convertirlos en harina de roca, tamaños cercanos a 75 micras, y se dispondrán en piscinas de varias decenas de metros cúbicos de volumen, que contendrán agua con cianuro; para que este produzca la disolución del oro.

Mediante agitación se introducirá oxigeno para que la disolución del oro contenido en la harina de roca, sobrepase el 90%. El material triturado contaminará el aire con fragmentos sólidos, y mucho material rocoso llegará a los ríos y quebradas, sedimentándose en sus orillas o, reitero, en los canales de riego del Distrito de Usocoello, disminuyendo su capacidad y el volumen de agua a transportar, lo cual repercutirá en menor número de hectáreas a sembrar y consiguiente en el incremento del desempleo.

Si lo anterior es grave, más grave aún, es el peligro potencial e inminente de la contaminación potencial de miles de toneladas de harina de roca, a las cuales se les extraerá el oro, pero que aún permanecerán impregnadas con soluciones de cianuro.

Estas “colas” se deben depositar en diques o lugares completamente aislados de cursos de agua, el suelo y el aire. El posible desbordamiento de estas “colas” con cianuro contaminará o envenenará el agua superficial y los cursos de agua subterránea, y aunque existen métodos para su descontaminación, ninguno es económicamente viable, para alcanzar la descontaminación total. Existen antecedentes de cuatro derrames de diques de “colas” impregnadas de cianuro en Nicaragua, Australia, Bolivia y Rumania.

En tres de ellos se logró controlar, pero en Rumania en enero de 2002, estos residuos invadieron tres países, afectando el suministro de agua potable a 2,5 millones de personas y a las actividades económicas de más de un millón y medio que viven del turismo, la agricultura y la pesca lo largo del río Tisza.

Por otra parte, en el Estado de Montana (USA) se prohibió la utilización del cianuro en la lixiviación del oro, a raíz de la contaminación producida en suelos, aguas subterráneas y superficiales, como consecuencia de 50 escapes de cianuro entre los años de 1982 y 1984.

No menos deplorable que lo anterior, será el tratamiento de las “colas” de las soluciones de cianuro, que disolverá el oro, y de las cuales se extraerá el mismo; utilizando carbón activado.

En síntesis, las “colas” de harina de roca impregnadas de cianuro y las soluciones de cianuro, sin el oro, contaminarán el entorno, en mayor o menor grado, dependiendo del control que ejerzan las autoridades ambientales. Si el río Coello llegara a contaminarse con cianuro y, no se detectara, se pondría en grave peligro la vida de los habitantes de El Espinal y Chicoral, debido a que el agua para su consumo humano se toma de este río.

Las minas abandonadas de oro, explotadas a cielo abierto y beneficiadas con cianuro, las olvidan las compañías que las usufructuaron, pero los problemas ambientales y de salud que continúan generando, llaman la atención diariamente en todo el mundo.

Por último, las minas son cicatrices en la tierra, que luego de ser explotas no se cierran adecuadamente y montañas de residuos tóxicos contaminantes ocupan sus alrededores.
Algunas que parecen inofensivas, drenan residuos contaminantes a las aguas superficiales y subterráneas, casi que indefinidamente.

La recuperación total del asuelo, el agua y la vegetación que se contaminó, es casi que imposible.
Por esto, y teniendo en cuenta el Principio de Precaución Ley 99 de 1993 –“in dubio pro ambiente …”- se debe sopesar si vale la pena aceptar algunos empleos, impuestos y pírricas donaciones a cambio de la amenaza irreparable de contaminación ambiental, que ratifique una vez más el aforismo popular: “las minas de oro a cielo abierto y beneficiadas con cianuro son pan de hoy y hambre de mañana”.